La transición coronada
por Juan Pablo Maccia Un colega cada día más barbado formula la siguiente hipótesis: la gente, durante el 2001, pedía Estado. Era, a su modo, duhaldista. El kirchnerismo surge, en ese marco, menos como acontecimiento y ruptura y más como un sistema de continuidades. Se trata de un brote progresista del perdurable árbol del peronismo. ¿Quién dijo que no hay lucidez en la tradición? Lo que me gusta de esta tesis es que coloca en el centro de la interpretación del 2001 la cuestión del gobierno. ¿No es cierto, acaso, que el paso del tiempo nos hace revisar el pasado una y otra vez? ¿Y si llegamos a la conclusión de que el años 2001 es el año en que nos hemos preguntado por los modos en que queremos que se gobierne el país? Como punto de partida me gusta: nos afirma en que aquellos años ni fueron –ni de lejos– los de la “anti-política”.