8 de marzo: el reto de una huelga feminista global
El 8 de marzo, en diferentes partes
del mundo, las mujeres se movilizan para hacer la primera huelga global. Las
activistas argentinas del movimiento Ni Una Menos están
discutiendo cómo articular su lucha a través del bloqueo del trabajo productivo
y reproductivo. En Polonia, donde un gobierno conservador y autoritario está
reduciendo drásticamente los espacios de libertad, las mujeres reafirman la
necesidad y la urgencia de la huelga. Hace solo unos días, después de la
investidura de Trump en Estados Unidos, millones de mujeres salieron a las
calles para manifestarse contra la violencia patriarcal y racista del
neoliberalismo americano. Diversos movimientos feministas parece que empiezan a
abrirse camino en distintas partes del mundo.
En Italia, en la extraordinaria
manifestación nacional del 26 de noviembre en Roma y en las mesas temáticas del
27 de noviembre que empezaron a escribir un Plan feminista contra la violencia,
una marea invadió la ciudad de Roma y reafirmó que la violencia machista contra
las mujeres se manifiesta de múltiples formas, pero nunca desvinculadas de la
explotación laboral y de la reproducción social.
Por eso, pensamos que una huelga,
articulada a través de diferentes y nuevas maneras de paro, es un instrumento
más potente que permite la abstención del trabajo productivo y reproductivo.
Una huelga general de 24 horas, dentro y fuera de los puestos de trabajo, para
las precarias, las empleadas, las desempleadas o las pensionistas; para las
mujeres sin salario y aquellas reciben un subsidio; las mujeres con o sin
pasaporte italiano; las mujeres autónomas y las estudiantes; en las casas, en
las calles, en las escuelas, en los mercados, en los barrios.
El reto político de la nueva huelga
feminista, sin embargo, no parece haber sido acogido del todo por algunos
sindicatos de base que, aun habiendo apoyado la huelga general del 8 de marzo,
han considerado oportuno lanzar una segunda fecha de abstención del trabajo en
las escuelas para el 17 de marzo. Creemos que es necesario afirmarlo
inmediatamente: las razones de la huelga del 17, contra la aprobación de las
delegaciones vinculadas a la ley 107, son ampliamente compartidas. Es movimiento
de las mujeres ha asumido desde el principio las críticas a la “Buona Scuola” (“Buena Escuela”), individuando en la
torsión neoliberal de la educación uno de los elementos centrales de la lucha
contra la violencia de género.
Por ello, desde nuestro punto de
vista, desligar las dos movilizaciones, imponiendo en práctica a las
trabajadoras de las escuelas una elección entre las dos fechas, separa de forma
ficticia las reivindicaciones del movimiento de las mujeres – relegándolas a
mera “batalla cultural o emancipadora”- de la batalla sindical, eligiéndola la
“verdadera lucha sobre el trabajo”, que se organizaría en otra parte. Esta
separación, desde nuestro punto de vista, no refuerza ninguno de los dos
planos, sino que debilita ambos, allí donde el reto es, precisamente, potenciar
la conexión entre trabajo, bienestar y medidas contra la violencia machista.
La acción innovadora que los
sindicatos deberían cumplir sería situar la cuestión de la escuela (en la que
el 80% de las fuerzas del trabajo está compuesto por mujeres) el día de la
huelga general del 8 de marzo. Solo de este modo se podrían reforzar al mismo
tiempo la batalla contra la reforma de la escuela y la lucha feminista contra
la violencia. Por eso, invitamos a los sindicatos de base, que han llamado a
una huelga en la escuela para el 17 de marzo, a repensar su elección haciendo
converger las dos fechas.
Por último, invitamos a las
confederaciones sindicales a responder al llamamiento de Non Una di Meno para realizar una huelga general
el 8 de marzo, dirigiéndose con especial interés a aquellos sindicatos que, a
través de varias formas y estructuras, han participado y se han un unido a la
marea del 26 de noviembre y a las mesas de debate del 27 de noviembre en Roma y
que, con nosotras, participarán en la asamblea nacional convocada en Bolonia el
4 y 5 de febrero para discutir sobre los instrumentos de lucha a la altura del
reto de una huelga general feminista contra la violencia.
Por último, invitamos a las
confederaciones sindicales a responder al llamamiento de Non Una di Meno para realizar una huelga general
el 8 de marzo, dirigiéndose con especial interés a aquellos sindicatos que, a
través de varias formas y estructuras, participaron y se unieron a la marea del
27 de noviembre y a las mesas de debate del 27 de noviembre en Roma y que, con
nosotras, participaron en la asamblea nacional convocada en Bolonia el 4 y 5 de
febrero para discutir sobre los instrumentos de lucha a la altura del reto de
una huelga general feminista contra la violencia.
Si nuestras vidas no valen,
produzcan sin nosotras.
[fuente:
https://nonunadimeno.wordpress.com]