Los pueblos no hablan tanto por sus votos como por sus luchas // Lobo Suelto!
(o cuando la crítica se vuelve práctica)
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Los
pueblos no hablan tanto por sus votos como por sus luchas. Y la lucha contra la
dominación patriarcal es una lucha de fondo y de masas.
A
diferencia de la democracia liberal, que
es una forma de gobierno, una democracia popular funciona como una
tregua en plena guerra: sirve para cuestionar la dominación.
Varias
corrientes feministas explican lo imposible que es cuestionar a fondo la dominación
política, social y racista sin desactivar la violencia patriarcal que funciona
organizando tanto la lógica de las grandes organizaciones colectivas como las
formas opresivas del deseo en lo íntimo.
El
neoliberalismo no sería nada si no presionara sobre figuras humanas, familiares
y sociales: hombres, pibes y mujeres de todos los sexos en sus barrios, laburos
y hogares.
El
movimiento de mujeres, las marchas de Ni
una menos, trabajan micropolíticamente armando redes de grupos y personas
sin líderes ni modelos, constituyendo fuerza para darse fuerza, para desafiar y
ocupar la vía pública. Es decir, organizan la insurrección. La crítica se
vuelve práctica. Es indigno detenerse a señalar límites o a ridiculizar.
Cuando
se cuestiona a la heterosexualidad, no a solo la masculina, se cuestiona un código
cerrado, normalizador, que naturaliza funciones, impone tareas, fija
identidades, excluye deseos. Todo cuestionamiento a una identidad puede ser
pensada como la invitación a la creación. De hecho todo devenir tiene la forma
de un baile de dos: sin uno que fugue no hay oportunidad de mutar para la otra.
Una
lucha como la que hoy planteamos se desarrolla en todo espacio y todo tiempo:
es una lucha por la sensibilidad, no solo por las ideas; por mutar estructuras
inconscientes, no solo discursos conscientes. Un ejercicio colectivo y no
violento no puede aspirar a ser del todo pacífico. Menos cuando cuestiona la
dominación y tensa la tregua.
Cuando
la CGT no quiere ponerse al frente de una lucha y custodia --junto a la Iglesia y
a gran parte de la clase política-empresarial-- las formas mas conservadoras y
retrogradas del ser social, las mujeres-trabajadoras hablan a todxs lxs
trabajadorxs para recordarnos que parando, dejando de obedecer, abandonando la
docilidad, recobramos todas nuestras potencias personales, colectivas, de clase
y de género.
Basta
de violencia machista
Vivas
nos queremos
Vivas
las queremos
Lobo
Suelto!
18
de octubre de 2016