Golpe a la brasilera. Crisis política y económica, impedimentos y luchas democráticas //Jean Tible
El autor analiza el golpe brasileño como parte de un
linaje de “nuevos golpes” sin intervención de las Fuerzas Armadas en América
Latina y otras partes del mundo. Realiza un balance del lulismo y señala los
rasgos salientes del gobierno provisorio y las perspectivas democráticas de las
luchas.
Apertura
Paraguay, para
muchos brasileños, constituye el otro no-deseado, el inferior, atrasado,
subdesarrollado. Un producto paraguayo, en un sentido peyorativo y elitista, es
frecuentemente un producto falso, de mala calidad. En una mirada más histórica,
la Guerra de la Triple Alianza representa una de las “cajas negras” de la
democracia nacional y regional e Itamaraty se coloca como una de las
instituciones más refractarias a la apertura de estos y otros archivos. En la
linda pieza de teatro Caranguejo overdrive (Aquela Cia. de Teatro),
inspirada en el libro Homens e caranguejos de Josué de Castro,
un joven soldado negro y pobre retorna traumatizado de la Guerra del Paraguay a
una ciudad que no le pertenece más, ya que la región del mangue, en
el centro de Rio de Janeiro, donde él vivía y buscaba cangrejos, había sido
totalmente transformada, puesta a nivel y “limpiada”. Recuerdo de la sorpresa
con el golpe ocurriendo en Paraguay durante el Rio+20, en mayo de 2012, ¿habría
sido la firme actitud de Dilma Rousseff, de oposición a esa ruptura
democrática, sin saber, premonitoria? El golpe brasileño se inserta en un
linaje de “nuevos golpes” (sin intervención de las Fuerzas Armadas), que
afectan tanto a América Latina (Honduras, Paraguay, Guatemala; en Bolivia y
Venezuela fueron derrotados en la década pasada) como a otros lugares del
planeta, (¿Grecia en los últimos años? ¿Reelección de Bush en 2003?). Vamos, en
este texto, a recorrer la situación brasileña contemporánea en tres momentos:
comprender el golpe en curso; efectuar un brevísimo balance del lulismo;
analizar el gobierno provisorio y las perspectivas democráticas de las luchas.
Golpe,
entonces
Un golpe
parlamentario, mediático, judicial, patronal y civil. Un golpe constitucional,
cuyo proceso viene tramitando el Congreso y refrendado (al menos por ahora) por
el Supremo Tribunal Federal (STF). Sería el argumento más fuerte de los
golpistas. O el más legalista. Pero, ¿qué es realmente invocado contra Dilma?
De no conseguir darle un rumbo al país y alguna perspectiva de salida a la
crisis. Como lo admitió hace pocos días la líder del gobierno interino en el
Senado, Rose de Freitas, “no tuvo ese asunto de las pedaladas, nada
de eso. Lo que tuvo fue un país paralizado, sin dirección y sin base ninguna
para administrar” [2]. Un tipo de
solución parlamentarista en un régimen presidencialista. A medida en que la
crisis política y económica se fue alimentando una a la otra, los sectores
empresariales que apoyaban a Dilma fueron mudando de posición. La Federación de
las Industrias del Estado de São Paulo (FIESP) se constituyó en la triste
precursora. Conducidos por Paulo Skaf, afiliado al Partido del Movimiento
Democrático Brasilero (PMDB) y candidato derrotado al Gobierno del Estado y a
la Prefectura de São Paulo en los últimos años, ese sector fue, no obstante,
uno de los más beneficiados por la política económica y fiscal del primer gobierno
de Dilma, con exoneraciones tributarias y otras medidas [3]. En aquel
momento, Skaf llegó a comprar espacio de publicidad en televisión para elogiar
las medidas de Dilma. En el inicio de este año, las defecciones fueron
creciendo y, alrededor de marzo, casi todos estaban contra Dilma: diarios y
medios, asociaciones empresariales, bancos y grupos económicos, parlamentarios
y la opinión pública.
El motivo
formal de la apertura del proceso de impeachment fue las llamadas pedaladas y
las maniobras fiscales relativamente triviales en el presupuesto, que sus
antecesores ejecutaron, que Temer también firmó así como diecisiete de los
actuales gobernadores [4] e
inclusive el relator en el Senado durante su gobierno en Minas
Gerais o, incluso, como el gobierno provisorio está haciendo. En la
argumentación golpista, se trataría de un crimen de responsabilidad que
justificaría la destitución de la Presidenta. La situación en el momento
presente del Estado de Rio de Janeiro indica cómo los criterios son volubles:
el Estado, gobernado por el PMDB desde 2006, decretó, en el día 17 de junio,
estado de calamidad pública para hacer frente a la bancarrota de un Estado que
ya no logra pagar servidores y garantizar servicios esenciales [5]. Se dio,
entonces, una pedalada, coordinada con el presidente interino, para
poder recibir el socorro financiero de la Unión y garantizar recursos
necesarios a la realización de las Olimpíadas.
Se puede ver
ese proceso en curso, también, como una auto-defensa de los más corruptos de
los políticos de un sistema corrupto. Las grabaciones hechas por Sergio Machado
(ex senador y ex presidente de la empresa Transpetro y cuadro del PMDB)
divulgadas, no se sabe por quién ni cómo, indican eso de modo extremadamente
claro: Romero Jucá, brazo derecho de Temer, quien lo eligió para liderar el
PMDB y por algunas semanas su Ministro interino de Planeamiento, indica la
estrategia de derrumbar a Dilma para frenar la Operação Lava Jato y
salvar el sistema político. Esa conspiración, según Jucá, abarcaría ministros
del Supremo Tribunal Federal (STF), los tucanos (Partido da
Social Democracia Brasileira, PSDB) y hasta los militares, que estarían
monitoreando al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) [6]. El impeachment se
configura, así, como una “estrategia de fuga” de los corruptos [7].
El 17 de abril
de 2016 marcará durante un buen tiempo el día del (re)encuentro del pueblo
brasileño con sus representantes. Los más variados motivos fueron movilizados
(Dios, base electoral, lazos familiares y crisis económica/desempleo) para
justificar el voto para el envío al Senado del proceso de impeachment de
la Presidenta. Parroquialismo extremo y bajísimo nivel. Casi no se citó el
motivo formal (las maniobras fiscales) y todo eso con fuertes toques de
machismo y resentimientos contra Dilma, que se habría recusado de tratarlos
dignamente, o sea, entrando en sus prácticas habituales. Tal proceso de impeachment fue
liderado por el entonces Presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, que tiene tres
procesos abiertos en su contra en el STF, millones de dólares en cuentas en el
exterior y… varios indicados en el gobierno interino. Cunha también fue
apadrinado por las grandes empresas y bancos, por el llamado PIB; el
megainversor Naji Nahas le ofreció un almuerzo en casa después de su elección
para la presidencia de la Cámara de Diputados. Con una eficiente ingeniería
político-económica, consiguió financiamiento para muchas y muchas candidaturas,
irrigando las campañas con dinero de la corrupción [8]. Cunha recogió
en diciembre el pedido de impeachment y lo colocó en agenda.
Fue decisivo. A partir de un pedido frágil e inconsistente, dio ritmo rápido al
proceso de destitución mientras el de casación de su mandato caminaba
lentamente.
«El impeachment se configura, así, como una ‘estrategia de fuga’ de los corruptos.»
A eso se suma
un cierto clima “schmittiano”, de suspensión de la ley [9]. Más allá del
saludable desnudamiento de los lazos promiscuos entre los ámbitos político y
empresarial en Brasil, tales procesos han sido marcados por una serie de
excepcionalidades. Abundancia de prisiones preventivas, denuncias premiadas
(fiscales incentivaron ciertas denuncias más que otras), pinchaduras
irregulares [10] y sus
respectivas divulgaciones selectivas por los medios, con ruido proporcional al
nivel de proximidad de los involucrados con el PT. La única sede de partido a
ser blanco de una operación fue la del PT, y el candidato derrotado de la
oposición, Aécio Neves, citado en innumerables denuncias, por ahora se resiste
con relativamente poca inquietud, así como prácticamente todos los principales
personajes de la política institucional.
Un ex
presidente de la República –Lula– que nunca se recusó a prestar declaración en
las más variadas instancias judiciales o en el Ministerio Público (MP),
inclusive en los primeros meses de este año, es conducido coercitivamente para
testimoniar en marzo, en el Aeropuerto de Congonhas (alimentando una
posibilidad de transporte en avión hasta Curitiba que acabó sin concretarse).
Se puede leer la transcripción del un tanto bizarro diálogo de Lula con los
fiscales [11]. El auge de
ese proceso (por ahora) se sitúa en la grabación ilegal (primer error
significativo y explícito del juez Sérgio Moro) y su divulgación de una
conversación aparentemente anodina entre Dilma y Lula, en un contexto de otras
grabaciones de conversaciones del ex presidente, también divulgadas, con la
autorización de la Procuraduría General de la República (PGR). Horas después,
la conversación fue divulgada y tratada como un crimen. ¿Se habrá subido la
popularidad a la cabeza de Moro? Él tenía un mandato para escuchar a Lula, pero
este había expirado y, en este caso preciso, se trataba de una conversación con
la Presidenta de la República. Y esto en un momento decisivo, ya que Lula
estaba asumiendo el Ministerio de la Casa Civil (equivalente a la Jefatura de
Gabinete en Argentina), en una última jugada de Dilma para salvar a su gobierno
del naufragio total. La escena de las conversaciones de Lula (con Dilma y
otros) en varios episodios en el noticiero televisivo más visto del país, tal
vez marque uno de los más tristes momentos de cierto periodismo nacional. No
por casualidad, Brasil cayó abruptamente en el ranking de libertad de prensa en
el mundo elaborado por Reporteros Sin Fronteras; uno de los factores, junto al
alto número de muertes de periodistas, fue la cobertura del proceso deimpeachment [12].
El Poder
Judicial “dejó de actuar exclusivamente según la lógica política indirecta que
lo caracteriza (…) para actuar de manera directamente política siempre que cree
necesario hacerlo” [13]. Además, el
STF ha mostrado una sustentada parcialidad, varios criterios y medidas (impedir
la asunción de Lula como ministro de Dilma, entre otras), dependiendo de quién
se tratase. Nombres de la tradicional política brasilera y petistas acaban
teniendo tratamientos diferentes. Ciertos personajes parecen poseen un poder
importante en esta institución, como el ex presidente José Sarney o el actual
presidente del Senado, Renan Calheiros. El Supremo Tribunal, también, “se ha
manifestado y prejuzgado casos que todavía va a evaluar. Eso ha acontecido con
varios ministros, como Gilmar Mendes, Celso de Mello y Carmen Lucia, que se
manifestaron diciendo que lo que está sucediendo no es un golpe” [14]. Tal
procedimiento hiere las normas de imparcialidad, ya que posiblemente tendrán
que juzgar si el proceso todo del impeachment siguió la Constitución y
ya estarían haciendo un pre-juzgamiento. Es cierto que el STF fue decisivo,
en los últimos años, en conquistas importantes tales como la unión homoafectiva
o la garantía de la constitucionalidad de las cuotas raciales (para negros) en
las universidades públicas, pero el Poder Judicial y el Ministerio Público
fueron unas de las instancias que menos colocaron, en la disputa pública, la
necesidad de transición de la dictadura hacia la democracia. Estuvieron, como
otros poderes, involucrados con el Golpe cívico-militar de 1964 y con el
período dictatorial siguiente, pero su democratización poco estuvo en la agenda
en las últimas décadas.
«La escena de las conversaciones de Lula (con Dilma y otros) en varios episodios en el noticiero televisivo más visto del país, tal vez marque uno de los más tristes momentos de cierto periodismo nacional.»
Para algunos,
habría tomado cuerpo un partido de la justicia. La prisión en flagrante de
Delcidio do Amaral, entonces senador del PT y líder del gobierno de Dilma,
confirmada por los propios senadores que después lo anularon, caracteriza un
desequilibrio entre los poderes. Se alegó que estaba obstruyendo la Justicia y
en ese sentido fue justificada la ocasión. Incluso el alejamiento del
archicorrupto Eduardo Cunha de la Presidencia de la Cámara se dio bajo el signo
de la excepción. El relator del proceso en el STF, aguardó
cuatro meses y solamente después de la apertura del proceso de impeachment en
la Cámara entregó su voto. Decretó la separación de un presidente de otro
poder, alegando tratarse de una situación extraordinaria y excepcional,
tomando, así, una decisión sin asiento constitucional. Una decisión
excepcional, dada la excepcionalidad de las circunstancias. Cunha fue separado
de la Presidencia y del ejercicio de su mandato, decisión inédita aprobada por
unanimidad por el plenario del STF. Mientras tanto, la Constitución dice que un
“parlamentario sólo puede ser preso en el acto del crimen impostergable, con
confirmación de la Cámara o del Senado” [15]. Tal rito no
fue seguido de las garantías constitucionales dejadas de lado: ¿se trata de una
nueva jurisprudencia o de una medida excepcional? ¿Alcanzará solamente a Cunha
o a todos? Son preguntas importantes, ya que el Congreso posee muchos acusados.
¿Cómo llegamos
a este punto, a orillas de la destitución de una Presidenta electa hace menos
de dos años por 54 millones de brasileños? El origen inmediato se sitúa en dos
planos.
La oposición
tenía todo para ganar (desgaste de doce años de gobiernos federales petistas,
economía a la baja, inflación principalmente en alimentos, clima pos-protestas
de 2013, mediocre primer gobierno de Dilma) en 2014 y no lo logró. Aécio Neves
optó por un discurso pre-Lula (retorno a un cierto padrón neoliberal) y la
población quería más servicios públicos de calidad, combate a las desigualdades
y más participación política y no menos. La oposición, sin embargo, no aceptó
el resultado; algunos más exaltados cuestionaron el conteo de votos. ¿Habrá, la
derecha moderada, insuflado a una derecha rabiosa? Al no hacer el luto de la
derrota, entró en el camino del golpismo. Alcanza recordar la figura ponderada
por Fernando Henrique Cardoso: el gobierno de Dilma es legal, pero no legítimo,
dijo el ex presidente algunos días después que las urnas expresaran más de 54
millones de votos para la petista [16]. Serra, en el
inicio de 2015, va a profetizar su fin [17]. El historial
y el continuumgolpista de las elites brasileñas fueron activados en
ese momento de abstinencia de control del gobierno federal.
Otra parte,
fundamental, fue la puerta que Dilma abrió. En la recta final de la campaña, su
reelección estaba en real peligro y una movilización decisiva de jóvenes,
mujeres y movimientos sociales cambió el juego. Su victoria se dio gracias a
una retórica más de izquierda, sobre todo en las críticas a la política
económica liberal. Su gobierno, sin embargo, tomó otro camino. Es cierto que la
candidata a la reelección no había entregado ni un programa, pero señalizó
algunas indicaciones. Si el ajuste era realmente necesario, la pregunta de un
gobierno de izquierda sería: ¿quién lo paga? El segundo gobierno de Dilma promovió
un aumento de las tasas de interés, un tarifazo de luz y revisiones en el
seguro de desempleo y lo hizo sin explicárselas a la población, creando un
choque de desconfianza en sus simpatizantes y electores. Dilma aplicó así el
programa de los adversarios y rompió el pacto básico lulista de mejoría de la
vida del pueblo, sobre todo de los más pobres. Además, el ajuste fiscal creó
una dinámica recesiva en la economía, con una expresiva baja de la recaudación
y esto contribuyó para la pérdida de la gobernabilidad en el Congreso. Tales
factores, sumados a los efectos de la Operación Lava Jato y a los grandes
equívocos de articulación política se mostraron explosivos.
Ese enredo fue
alimentado por las protestas en las calles. Aún en noviembre de 2014, algunos pocos
miles irían para las calles de São Paulo a cuestionar a la recién reelecta
presidenta y en el inicio de 2015, con apoyo explícito del periodismo
empresarial y los errores graves de la gestión, se van transformando en cientos
de millones y millones de manifestantes por Brasil. Las manifestaciones de
junio de 2013 posicionaron la centralidad de la política en la calle y las
demandas por mejores servicios públicos, lucha a la corrupción, participación
política y buen vivir en las ciudades y en el campo. En principio, un terreno
propicio para las izquierdas, inclusive la gubernamental. Retomo este punto más
abajo, pero esto no sucedió. Estas fuerzas llegaron hasta a mantener una
presencia a grosso modo constante en las calles, pero ya en 2015 fue marcado sobre
todo por masivas manifestaciones contra Dilma, Lula y el PT. Como ocurre muchas
veces, sectores conservadores se inspiraron en los eventos cuestionadores o
subversivos: el MBL (Movimiento Brasil Livre) se inspira claramente en
el nombre del MPL (Movimiento Passe Livre), una de las chispas de junio
de 2013. El VemPraRua se apropia de un grito que era undétournement por
las calles de 2013 de una publicidad de una ensambladora de autos hecho para
celebrar la Copa de las Confederaciones. Pero se trata de otro público, mucho
más viejo, rico, masculino y blanco el que estuvo en esas manifestaciones si lo
comparáramos con 2013 [18]. Los frentes Brasil
Popular y Povo sem medo organizan contrapuntos a esas
manifestaciones en varios momentos, mostrando cierta fuerza de movilización,
pero con relativamente poca repercusión en la prensa (a no ser la alternativa).
«El segundo gobierno de Dilma promovió un aumento de las tasas de interés, un tarifazo de luz y revisiones en el seguro de desempleo y lo hizo sin explicárselas a la población, creando un choque de desconfianza en sus simpatizantes y electores.»
Otra dimensión
importante de ese proceso se sitúa en el plano internacional, que sí se expresa
en una disputa de narrativas. Poco antes de la votación de abril, Dilma
pronunció un discurso en la ONU por la firma del Acuerdo de París. En los
últimos segundos de este, habló brevemente de la grave situación de Brasil y de
la confianza de que el pueblo no permitiría retrocesos. Los artículos de Glenn
Greenwald [19] y
editoriales críticos del Financial Times, New York Times y algunos otros
repercutieron bastante. El diario Estado de S. Paulo llegó a
amenazar (¿veladamente?) a Greenwald. La obsesión del gobierno provisorio con
la imagen en el exterior, como bien recuerda Celso Amorim, rememora la habitual
obsesión con su imagen de los regímenes autoritarios, revelando un tipo de acto
fallido [20].
El Gobierno
provisorio antes y después intentó legitimarse internacionalmente, como en el
evento organizado en Lisboa por la empresa del ministro del STF Gilmar Mendes,
reuniendo la fina flor golpista [21]. Y uno de los
activos senadores pro-golpe, Aloysio Nunes Ferreira fue, en el day
after de la votación en la Cámara de Diputados, a los Estados Unidos,
y se encontró con Thomas Shannon, número tres del departamento de Estado
estadounidense y ex embajador en Brasil [22]. Hubo, por
otro lado, una reacción crítica por parte de los secretarios generales de la
OEA, Luis Almagro, y Ernesto Samper, de la Unasur, expresando preocupación con
el proceso (inclusive con acciones del Poder Judicial y del Legislativo) y los
gobiernos de Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela, con amenazas no concretadas
por ahora de accionar la cláusula democrática.
En varios
eventos por el mundo, las disputas dentro de Brasil se hacen presentes: en la
sesión del film Aquarius de Kleber Mendonça Filho en el Festival de Cannes con
Sonia Braga y otros miembros del equipo [23], en el Premio
Pulitzer en que el fotógrafo vencedor Maurício Lima denuncia el golpe en curso [24] o incluso
en una reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En esta
última, representantes de los trabajadores y sindicatos de Brasil y otros
países protestaron contra un diplomático brasileño que se pronunció (fuera de
lo pautado en la reunión, que trataba sobre el convenio 169) para negar que estuviese
habiendo algún golpe en Brasil. Fue penado por eso (hablar algo fuera de lo
pautado) y su discurso interrumpido [25]. Ocurrieron,
incluso, protestas contra el canciller interino José Serra en Paris, Buenos
Aires y en Nueva York.
Otro aspecto
de esta misma situación se sitúa en las dimensiones geopolíticas de este
proceso brasileño. El país, sobre todo en el período Lula, consiguió alcanzar
nuevas esferas en el plano internacional, gozando de una influencia inédita: el
país no-nuclear más poderoso e inevitable para casi todos los asuntos y
negociaciones globales. Ocurrió un giro en el período final del Gobierno de
Lula con la Lei de Partilha, aprobada después del descubrimiento de
los campos de petróleo del pré-sal [26], en el sentido
de un mayor control del Estado brasileño y de Petrobras sobre esas nuevas
reservas (propiedad de la Unión y con participación obligatoria de Petrobras
del 50% en su exploración), vistas por el entonces presidente Lula como un
“pasaporte hacia el futuro”. Se trata de un sector sensible desde el punto de
vista geopolítico y que, hasta algunas décadas atrás, era dominado por las
llamadas siete hermanas, siempre apoyadas por los respectivos gobiernos
nacionales (Reino Unido, Estados Unidos, Holanda) – todo capitalismo es
capitalismo de Estado… Eso se modifica a partir de 1960 con la fundación de la
OPEP y un ascenso, en las décadas siguientes, de otros países y sus nuevas
“siete hermanas”, todas estatales, de Rusia, Arabia Saudita, China, Brasil, Venezuela
y Malasia [27].
Vale recordar,
en este contexto, el escándalo de 2013 de la Agencia de Seguridad Nacional de
los Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) cuando Edward Snowden reveló
que habían sido pinchados los teléfonos del Gabinete de Dilma, de algunos
ministros, del avión presidencial, de las misiones diplomáticas brasileñas
incluyendo las de la ONU y de Petrobras [28]. Los cables
del Departamento de Estado indican el interés estadounidense en el petróleo y
en el pré-sal y una serie de lazos particulares entre sectores políticos
brasileros y la Embajada americana. Serra, Jucá y Michel Temer (todos actores
clave del golpe en curso) se mostraron como fuentes de la Embajada americana en
Brasilia, revelados por Wikileaks. En el caso tal vez más sintomático, el
actual canciller interino y entonces candidato a la presidencia Serra, decía
que cambiaría la Lei de Partilha volviéndola más abierta a las
empresas extranjeras en caso que ganara en las elecciones presidenciales de
2010 contra Dilma [29].
Esta
revelación del espionaje practicado por la NSA llevó a la cancelación de la
visita de Estado programada a los Estados Unidos. Dilma Rousseff, posiblemente
en uno de sus mejores momentos en la presidencia, hizo posteriormente un
contundente discurso en la ONU caracterizando al espionaje no como un combate
al terrorismo o por seguridad y sí por intereses económicos y estratégicos.
Brasil propone, en ese contexto, junto con Alemania, una regulación mundial de
Internet, sacándola de la alzada estadounidense y buscando impedir que ella se
transforme en un medio de espionaje, sabotaje y ataques a las infraestructuras
de otros países [30]. A partir de
ahí, Dilma apoya y el Congreso aprueba un inédito Marco Civil de Internet,
incluyendo la idea de derechos digitales y neutralidad de la red, en un proceso
de amplia participación popular.
«Vale recordar, en este contexto, el escándalo de 2013 de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) cuando Edward Snowden reveló que habían sido pinchados los teléfonos del Gabinete de Dilma, de algunos ministros, del avión presidencial, de las misiones diplomáticas brasileñas incluyendo las de la ONU y de Petrobras.»
Tal cuestión
posee otra vertiente más en la actuación y cooperación internacional del Poder
Judicial y del Ministerio Público. Aquí, cuestiones sumamente internas se
mezclan a las geopolíticas. ¿Cuáles son las relaciones entre Poder Judicial,
proyecto nacional y regional y disputas globales? La Operação Lava Jato posee
una clara inspiración en la Mani Pulite italiana, analizada en
un artículo del juez Sérgio Moro [31]. Para el
periodista Luis Nassif, ambas tendrían una “visión ideológica
pro-internacionalización de la economía y criminalizadora de todas las
políticas de promoción de la economía interna”. La economía cerrada italiana
constituiría un foco de corrupción y su apertura resolvería ese problema, en el
contexto de los debates de la Guerra Fría. En el Brasil de los años 2010, eso
operaría de modo semejante, lo que explicaría el hecho de que un “grupo de
fiscales visitaran los Estados Unidos –comandados por el propio Procurador
General de la República- para abastecerse de elementos para que la Justicia y accionistas
norteamericanos procesaran a Petrobras”.
Eso se
refuerza en lo que toca a Petrobras, ya que si en situaciones anteriores las
empresas eran acusadas de corromper autoridades, en este “los propios fiscales
transformaron la empresa de víctima en coautora de los fraudes, abogando contra
el propio Estado brasilero a favor de los intereses de accionistas
norteamericanos”. ¿No sería un non sense que un país autónomo
pida la colaboración del Departamento de Justicia estadounidense para
investigar a Petrobras y a la constructora Odebrecht? ¿Lo contrario sería
posible, esto es, que las autoridades americanas solicitaren a Brasil la
investigación de Chevron u otra empresa americana? Además, el hecho de que el
“Fiscal de la República en el TCU decrete, por cuenta propia, la inviabilidad
del pré-sal. Ahí, no se trata más de reprimir el delito, sino de
una actuación nítidamente inspirada por contendientes externos de disputas
geopolíticas [32]” que
reforzaría esa comprensión; mientras, otro periodista, Janio de Freitas,
pregunta el motivo por el que las empresas extranjeras han sido perdonadas por
la operación Lava Jato[33].
A eso se suman
las cuestiones de defensa. La ofensiva contra las constructoras convulsiona
también a Electronuclear y el Almirante Othon, considerado uno de los
principales nombres del programa nuclear brasileño, fundador del Programa de
Desarrollo del Ciclo del Combustible Nuclear y de la Propulsión Nuclear para
submarinos y antiguo director del Ipen (Instituto de Investigaciones
Energéticas y Nucleares). Esta investigación, que acabó en la prisión
temporaria de Othon, habría comenzado “a partir de informaciones pasadas al PGR
por el Departamento de Justicia norteamericano. Nada que minimice la gravedad
de las acusaciones, pero sí una demostración inequívoca de que los Estados
Unidos pasaron a incluir la cooperación internacional en sus estrategias
geopolíticas” [34]. Se sabe que
Moro fue electo como una de las personas más importantes del mundo por la
revista Time el año pasado, lo que alimenta percepciones más conspirativas. Más
que alimentar tales lecturas, lo más pertinente aquí tal vez sea percibir cómo
el Poder Judicial y el Ministerio Público carecen de cualquier perspectiva
geopolítica. Los Estados Unidos obviamente la poseen y la ejercen. Tal vez esta
debilidad sea uno de los límites decisivos del “poder brasilero”. Ningún país
de ese porte puede ignorar tales cuestiones, que lo digan los lazos del
gobierno norteamericano con Hollywood o la política china de Internet. Y esto
ocurre en medio de una ofensiva estadounidense acerca del tema de la
corrupción, observada, por ejemplo, en el escándalo de la FIFA y en la
actuación de fiscalías norteamericanas en el asunto.
Como lo
expresado por Celso Amorim, “muchos problemas son endógenos, nacionales, pero
también hay una correlación entre el espionaje y algunas investigaciones. Hablo
de la utilización de la investigación judicial, porque un Poder Judicial
independiente es importante sobre todo si actúa de manera neutral”. En ese
sentido, continúa Amorim, “me preocupa un Brasil con su empresa petrolera
debilitada, con su energía nuclear en jaque y con fragilidades mayores en las
empresas de construcción de obras públicas o en los instrumentos de promoción
de exportaciones” [35]. Es toda una
política (interna y tal vez principalmente externa) que es atacada: el Banco
Mundial de Desarrollo Económico y Social (BNDES), las inversiones en el puerto
de Mariel en Cuba, los negocios en el continente africano. Mientras algunos
movimientos sociales clamaban por transparencia e iniciaban el debate sobre
posibles condicionantes sociales y ambientales en la actuación de las empresas
brasileñas en el exterior, los fiscales parecen seguir la vía de criminalizar
tales acciones de promoción comercial y financiamiento a las exportaciones, una
de las características fuertes de la nueva política externa del período Lula.
Eso no
significa que el golpe haya sido gestado en los Estados Unidos ni permite un
paralelo con la Operación Brother Sam de 1964 en la cual la
acción estadounidense fue decisiva [36]. El golpe
viene de adentro, pero sectores norteamericanos contribuyeron para
desestabilizar el “capitalismo brasileño”, en su modelo Lula de distribución de
renta y algunas osadías externas en dos de sus sectores estratégicos: Petrobras
y constructoras. Eso también ocurrió en el financiamiento y apoyo de “nuevos
grupos” conservadores (por parte de los hermanos Koch, con intereses en el área
del petróleo) y a la oposición [37]. Ese “modelo
brasileño” fue atacado y no consiguió sustentarse, al no conseguir o saber
articular un proceso geopolítico más consistente. De ese modo, Brasil no puede
o no consiguió construir fundamentos para mantener su condición de nueva
potencia regional, miembro del BRICS, pacificador en la cuestión nuclear iraní,
propulsor de la integración regional y modelo de políticas sociales para los
países del Sur. Su autonomía moderada, articulada a otras tentativas en la
región, hizo agua.
Lulismo en
debate
El golpe en
curso coloca la necesidad de reforzar los debates y comprensiones colectivas
del fenómeno del lulismo [38]. Un balance
colectivo fundamental, por hacer, de los gobiernos federales petistas, sus
dinámicas, consecuencias y límites.
El punto que
me parece más importante del lulismo fue una especie de revolución simbólica.
Nuevas subjetividades ganan fuerza y comienzan a tomar cuerpo. El lulismo
produjo o contribuyó para una expansión de las posibilidades de vida, de las
perspectivas de lucha, de los horizontes existenciales. Las políticas sociales
(Bolsa Familia, cotas raciais, expansión de la universidad
pública), las micro-políticas económicas (crédito rural; para los pobres y
trabajadores), la nueva política cultural del do-in antropológico [39], los nuevos
vínculos con el mundo (Brasil ya no aceptando su lugar marcado y subordinado en
el concierto global y fomentando las relaciones Sur-Sur, la integración regional
y la creación de nuevas alianzas con Unasur, Celac, BRICS, IBAS y el continente
africano) fueron catalizadores y parte de esos cambios de fondo. Invenciones
políticas por todos lados, como el inicio de las reparaciones raciales en el
país campeón mundial de la esclavitud. El auge de ese proceso lulista se sitúa
en el período final del gobierno de Lula. Brasil, con su presidente con el 90%
de popularidad personal y de su gobierno en el 80%, gana la sede de las
Olimpíadas y de la Copa Mundial de Fútbol y concreta con éxito un acuerdo con
Irán acerca de la política nuclear del cual todos los países más poderosos eran
escépticos.
Ese auge, a su
vez, mostró sus (fuertes) limitaciones. En el plano internacional, Brasil saltó
a una inédita posición. Se abrió, sin embargo, una significativa brecha entre
su retórica -por ejemplo, de una nueva geografía comercial- y sus posibilidades
concretas en las relaciones, por ejemplo, con el continente africano; o en
sustentar –en varios sentidos- una verdadera integración regional sudamericana.
Esto se reforzó con la pérdida de la intensidad en el período de Dilma, con la
salida de la performática dupla Lula-Celso Amorim, auxiliados por Samuel
Pinheiro Guimarães y Marco Aurélio Garcia, y la entrada de figuras más
burocráticas, sea en la Presidencia, sean los sucesivos ministros Antonio
Patriota, Luis Figueiredo y Mauro Vieira. El comportamiento de los dos últimos
al respecto del golpe sólo refuerza los equívocos de esa elección. Y cuando
anotó un gol en el marcador –en el caso iraní- fue vetado por todas las
potencias: de los Estados Unidos a Francia pasando por Rusia y China. Lo mismo
podría ser dicho al respecto del concepto de responsabilidad al proteger la
nueva regulación de internet, ambas extremadamente loables y pertinentes pero
careciendo de poder de implementación o hasta incluso de mayor debate.
«El lulismo produjo o contribuyó para una expansión de las posibilidades de vida, de las perspectivas de lucha, de los horizontes existenciales.»
Además, la
apuesta mayor en los megaeventos y en las megaobras, en un tipo de Brasil
grande también mostró sus profundos equívocos. ¡Belo Monte! Eso se refuerza con
Dilma en el comando. El primer Gobierno de Dilma es de continuidad, pero al
mismo tiempo, se puede decir que corresponde a la baja generalizada del punch político.
Cierto experimentalismo político fue dejado de lado y la prioridad dada a la
política externa disminuyó considerablemente, como, por ejemplo, el rechazo en
particular a participar en el grupo de países que se reunió para intentar poner
fin a la guerra civil siria. Hubo, lamentablemente, un rebajamiento en
prácticamente todas las áreas, de los derechos humanos a la seguridad, de la
política agraria a la ambiental, pasando por la participación popular y por la
cultura. Volviendo a una cuestión emblemática, de acuerdo con la Presidenta, la
hidroeléctrica de Belo Monte era inevitable y cualquier alternativa a esta,
fantasía. En aquel inicio de gobierno, el espíritu animal de los empresarios
había sido despertado y se trataba de prolongar y reforzar esto: baja de las
tasas de interés, aceleración de las exoneraciones fiscales para fomentar las
industrias y baja de las tarifas de energía para empresas y familias. Con la
dimisión en serie a varios ministros envueltos en hechos oscuros luego del
inicio de su gobierno, la Presidenta se mostraba como antagónica a la
tradicional y corrupta política brasileña y había aparentemente encontrado su
lugar, certificado por la alta popularidad que mantendrá hasta junio de 2013.
Las apuestas
muy cuestionables de crear campeones nacionales y megaempresas con dinero de
los bancos públicos para fomentarlas y darles proyección internacional no
vienen del Gobierno Dilma. Su fiasco, sea en las telecomunicaciones
(recuperación judicial de la empresa Oi), la concentración en el mercado de
carnes (JBS Friboi y su primer lugar mundial como procesadora de alimentos) o
la falencia del Grupo X de Eike Batista, empresario de éxito y símbolo
(también) de la era Lula, muestran que estas cuestiones fueron gestadas antes.
Se puede decir que las tensiones entre un Brasil uno y un Brasil múltiple en el
período Lula se resolvieron en el período Dilma: las políticas menores
(cultura, reforma agraria, apoyo a las comunidades, cuestiones indígenas,
derechos humanos) se deterioraron. La propia elección de Dilma como candidata
hirió las buenas tradiciones petistas y los procesos democráticos de elección
colectiva. Y eso gana otro grado con la irrupción de junio de 2013. Un
levantamiento múltiple y ambiguo contra la corrupción, la trágica vida en las
grandes ciudades, la baja calidad de los servicios públicos, la violencia
policial y los límites de la democracia representativa comprada por las grandes
empresas. Un deseo de participación democrática de alta intensidad. Dilma y el
campo petista llegaron a recibir algunos manifestantes, propusieron algunas
respuestas (el programa Más Médicos, la propuesta de una constituyente
exclusiva para una reforma del sistema político, royalties del pré-sal para
educación) pero nunca se dispusieron a dialogar para implementarlas,
involucrarse, y tampoco desarmaron el aparato represivo (responsabilidad antes
de todo de los Estados en la Federación brasilera, pero…).
La cuestión de
la corrupción es igualmente bastante significativa para la comprensión de estos
últimos años. Al mismo tiempo, los gobiernos petistas fortalecieron de forma
inédita las instituciones de control y fiscalización (Policía Federal, Controladoria-General, PGR,
Ley de acceso a la información), inclusive aumentando de forma significativa su
autonomía, y se embarcaron con gusto en la política tradicional brasileña y sus
canales de financiamiento. Se crió un cortocircuito. Y, en por lo menos dos
oportunidades, sea en la transición de Fernando Henrique Cardoso para Lula, sea
en el caso de Banestado, la elección fue preservar el sistema político,
sofocando los escándalos de corrupción graves. Tal opción puede ser más
comprensible si pensamos en la opción del PT de “jugar el juego”, pero eso va justamente
si juega contra el PT más adelante, y aún acentuado por la selectividad: el
último en llegar será tachado de corrupto mayor. Además de eso, el hecho de que
el PT hasta hoy no ha explicado a sus militantes, simpatizantes y electores el
escándalo del mensalão y mantiene la corrosión en curso de esa
importante institución de la izquierda mundial; la corrupción como uno de los
marcos de las ambigüedades petistas y un hecho decisivo de su naufragio en
curso. Las elecciones municipales de octubre indicarán la capacidad de
resiliencia o no del PT.
Entre el auge
ya citado del lulismo y junio de 2013 se produce una abrupta transición del
“todos están felices” hacia un “nadie está satisfecho”. Junio abre un espacio
para la radicalización democrática que no fue aprovechado. La imposible
continuación del lulismo y su magia de dar a los pobres sin sacarles a los
ricos. Tanto, por un lado, en relación a las condiciones internacionales, ya
que el mundo todavía no salió de la crisis económica y financiera global iniciada
en 2008 y el estancamiento del precio de las commodities afecta
una parte importante de la cuota de exportación brasileña. Y nacionales, por
otro lado, con la conjunción argumental del conflicto redistributivo, la
abstinencia de gobernar por parte de las elites políticas tradicionales y su
activación del golpismo y el “quiero más” de los de abajo y de la izquierda,
“vieja” y “nueva”. Dilma intentó en su gobierno hacer frente a esos desafíos de
la imposible continuidad del lulismo, pero probablemente movilizó a los actores
equivocados y tomó los caminos erróneos. El país mantuvo el empleo y la renta
hasta la elección de 2014, lo que permitió la cuarta victoria electoral
seguida, pero los cambios políticos post 2010 y reforzados después de 2014
fragilizaron ese proceso de redistribución de la renta.
Gobierno
temerario y perspectivas
El Gobierno
interino de Michel Temer representa el retorno al Estado por los que nunca se
fueron completamente. En el período de los gobiernos petistas, los “dueños del
poder” permanecieron, pero –y esa constituía una novedad-, estos coexistían y,
en parte, eran liderados por los nuevos sectores que expresan el ciclo de
luchas iniciado en el fin de los años ‘70 e inicios de la década de 1980, cuyo
marco son las huelgas de los trabajadores de São Paulo y de la región del ABC,
junto con una efervescencia de los movimientos campesinos, feminista, negro y
de las florestas, entre otros. La principal faceta del gobierno provisorio (y
un cambio en relación a los anteriores, tanto de Lula como de Dilma) es no
tener esa otra parte, descolonizadora en términos históricos y de luchas,
siendo así un gobierno de las tradicionales oligarquías.
«El país mantuvo el empleo y la renta hasta la elección de 2014, lo que permitió la cuarta victoria electoral seguida, pero los cambios políticos post 2010 y reforzados después de 2014 fragilizaron ese proceso de redistribución de la renta.»
Se trata
también de una cierta vuelta en el tiempo, en varias dimensiones. A los
neoliberales años ’90 si pensamos en los anuncios de corte de gastos sociales y
ansias privatizadoras. El equipo económico es liderado por Henrique Meirelles,
con carrera en el Bank of Boston, elegido como diputado federal por
el PSDB en 2002 y presidente del Banco Central en el Gobierno Lula, ahora
Ministro de Hacienda interino. Sus principales propuestas para el país son las
de establecer una contención estructural del gasto público, fin de la política
de valorización del salario mínimo y una reforma de las pensiones. Meirelles,
junto al presidente provisorio del Banco Central, Ilan Goldfain, y todos los
directores recién nombrados son orgánicos del mercado financiero y del
rentismo, y actuaron antes en los bancos Itaú, Bradesco y Opportunity, y en su
mayoría pasaron por la PUC-Río, famosa escuela neoliberal, denotando una
completa ausencia de diversidad de perspectivas (ni siquiera de ligazón a otros
sectores económicos u otras filiaciones académicas) [40]. Y,
fundamental decir y repetir, sin legitimidad de las urnas. Difícilmente un
candidato con ese programa sería elegido. A pesar de los neoliberales del
equipo económico, el gobierno como un todo, es irresponsable desde el punto de
vista fiscal, lo que mostraría una vez más el inmenso casuismo de sacar a Dilma
del gobierno por las llamadas pedaladas; de acuerdo con la
economista Laura Carvalho, “los términos de la renegociación de la deuda de los
Estados, la licencia para gastar concedida a los ministerios de base y la
aprobación de los reajustes para el funcionalismo hicieron con que la
generosidad de los economistas tenidos como más serios pasaran de ese lugar al
escepticismo. Lo mismo no vale para muchos analistas en el mercado, que,
digamos de pasada, todavía muestran tolerancia inédita con la situación fiscal
en degradación” [41]. O aún, el
hecho de que el mayor deudor de la Unión entre las personas físicas es…
director del FIESP [42] o el
presidente de la Confederación Nacional de las Industrias vocifera por enésima
vez contra las leyes de trabajo (CLT), promulgada y conquistada en la década de
1940.
Tal tonada se
refleja también en la política externa. El discurso de posesión del canciller
interino y algunos de sus primeros gestos indican una vuelta a una política
externa más sumisa, con un resabio de antipetismo. Es curiosa la fijación de
una desideologización venida de parte del primer ministro desde 2003 en ser un
político profesional y no un cuadro de Itamaraty. Uno de los diplomáticos más
influyentes, Rubens Barbosa, va a usar una expresión (“importante corrección
del rumbo” [43]) semejante a
la del primer gobierno de la dictadura militar iniciada en 1964 para
caracterizar los cambios que vendrían en la política externa. Luego en sus
primeros días, Serra emite duros comunicados contra los vecinos gobiernos de
Cuba, Venezuela y Bolivia. Para mayor extrañeza de una “nueva política externa”
de un gobierno interino, Serra indica cierta falta de preparación; tanto en su
amenaza de dejar la OMC y decir que “Brasil está listo para tomar nuevos
caminos” [44], como al ser
cuestionado sobre la NSA y responder: “NSA, ¿qué es eso?” [45]. Entró también
en la mira del canciller interino la política de cooperación con países más
pobres, definida como “diplomacia de la generosidad” en el sentido
evidentemente peyorativo. Son cuestionadas, así, las embajadas abiertas en el
continente africano y es exonerado de modo sumario el diplomático Milton Rondó,
responsable de la creación de la Coordinación de Acciones Internacionales de
Combate al Hambre (CGFOME) que, a partir de 2003, estructuró políticas de
solidaridad, defendiendo el derecho humano a la alimentación, en diálogo con
actores de la sociedad civil y movimientos sociales e inspirando políticas
públicas innovadoras, como el Programa de Adquisición de alimentos [46]. Serra intenta
trazar una estrategia que ya mostró sus fuertes límites: volver al “buen
comportamiento” en relación a los Estados Unidos, lo que para un país como
Brasil no tiene sentido: la rebeldía abre espacios, como ejemplos históricos
recientes indican.
Aún más
preocupante es que el actual proceso se presenta con toque del régimen militar.
Antes de asumir el Ministerio de Justicia, el entonces Secretario de Seguridad
del Estado de São Paulo, Alexandre de Moraes, se refiere a las protestas del
Movimento dos Trabalhadores Sem Teto (MTST) como “actos de guerrilla” [47]. Hace,
después, una serie de amenazas e intenta innovar tristemente al despejar
estudiantes (que ocupaban el centro administrativo de las escuelas técnicas)
sin mandato de reintegro de posesión. Una política que pretende privilegiar la
represión a la esfera de los derechos. El presidente en ejercicio posee la
misma sintonía: golpea la mesa, dice saber tratar con bandidos por haber sido
Secretario de Seguridad de São Paulo y al responder a las acusaciones de su
compañero de partido Sergio Machado parece más un caudillo en un
pronunciamiento hueco: en su descalificación del ahora opositor, en las
palabras de explicación extremadamente vagas y en las apelaciones a la armonía,
todo eso en un lenguaje anticuado [48] y
teniendo como fondo un nuevo logo de gobierno “conservador y retrógrado” en
términos de diseño y que todavía por equívoco usó la bandera del período de la
dictadura militar [49]. Orden y
progreso es el lema del gobierno, ¿la doctrina de la seguridad nacional de
vuelta? En suma, una revancha, en sentido benjaminiano [50], de los
tétricos vencedores de la historia brasilera, simbolizados por el nuevo
ministro de Gabinete de Seguridad Institucional, Sérgio Etchgoyen y su lenguaje
golpista y autoritario: el abuelo se oponía a los militares nacionalistas y
ayudó a presionar fatalmente a Getúlio Vargas en 1954, el padre participó
activamente de la deposición de João Goulart en 1964 y trabajó en el gabinete
de Médici en el período más brutal de la dictadura y ahora el hijo honra la
familia, ayer atacando a la Comisión Nacional de la Verdad y hoy asumiendo un
puesto de confianza de Temer [51].
«Serra intenta trazar una estrategia que ya mostró sus fuertes límites: volver al “buen comportamiento” en relación a los Estados Unidos, lo que para un país como Brasil no tiene sentido: la rebeldía abre espacios, como ejemplos históricos recientes indican.»
A ese cuadro,
podemos sumar el fin de los ministerios que representan conquistas colectivas
desde la redemocratización y que se reforzaron en el período petista:
desarrollo agrario, mujeres, igualdad racial, ciencia y tecnología y cultura
(con su extinción luego revertida). Un ministerio con ninguna mujer (la primera
vez desde el gobierno de la dictadura Geisel en los años ’70) y ningún negro,
mayorías en la sociedad brasilera. Si en el Gobierno de Dilma, parte de las
políticas innovadoras fueron dejadas de lado, ahora se trata de un desmonte
casi completo. Una secuencia de horrores: un militar defensor de la guerra a
las drogas y de militarización para menores en la política de drogas; tentativa
de nombrar un general en la política indígena; una secretaria de política para
las mujeres contra cualquier forma de aborto e investigada por desvío de dinero
público; personas ligadas a las empresas en varios sectores como el de la
salud; señales de revisión de la creación de áreas indígenas; Marco Civil de
Internet; desapropiaciones de tierra y programas habitacionales. Además, Temer
demitió al presidente de la Empresa Brasilera de Comunicación que tenía
estabilidad por ley y el STF lo repuso en su puesto. Una ola de retrocesos,
cuya frutilla del postre es la de buscar retirar la obligatoriedad para
Petrobras como operadora del pré-sal.
Y uno de los
motes para la expulsión de Dilma (la corrupción), se revela como caricaturesca
en el gobierno interino: tres ministros ya cayeron por corrupción y otro siguen
a pesar de serias denuncias. El líder del gobierno en la Cámara es acusado en
tres acciones penales y procesos, incluyendo uno de tentativa de homicidio. A
la base parlamentaria de la situación retiró la urgencia del paquete
anticorrupción que estaba tramitando y que envolvía medidas como la
criminalización del “caja dos” y la tipificación del crimen de enriquecimiento
ilícito. Un mandato provisorio y temerario [52]. Termino este
texto a mediados de Julio. No se sabe lo que va a acontecer y cuál será el
resultado de la votación en el Senado, que está prevista para la segunda mitad
de agosto. Si el gobierno provisorio se va a tornar definitivo, al conseguir
dos tercios de los votos de los senadores y la confirmación del impeachment de
Dilma Rousseff. Y si en ese caso conseguirá estabilizarse mínimamente hasta
2018. O si Dilma conseguirá los votos de los pocos senadores que le faltan para
garantizar un tercio y volver. Este escenario parece bien poco probable. Las
protestas continúan, pero disminuyeron; pueden tal vez retomar fuerza con las
Olimpíadas o con nuevas revelaciones del Lava Jato. ¿Conseguirá la
izquierda organizar una huelga general? Si el segundo mandato de Dilma fue
desastroso, se puede decir que su salida (¿provisoria?) fue literalmente por la
puerta de adelante, con un discurso en el Palacio con los ministros y otro con
Lula y movimientos en el frente del Planalto.
¿Cuáles son
las perspectivas políticas democráticas y de las luchas en este contexto?
¿Estaremos viviendo un “que se vayan todos” (con otras modulaciones, diferente
del “clásico” argentino del 2001)? Tal vez el principal punto sea la erosión en
curso, y acentuada, del sistema político. Antes de la votación de abril, el 60%
defendía la renuncia de Dilma y Temer y casi el 80% del entonces presidente de
la Cámara, Cunha [53]. Una consulta
acerca del presidente del Senado debe estar en ese piso. Tras un apagón de tres
meses sin encuestas (!), las más recientes parecen confirmar ese rechazo
generalizado [54], incluso la
recientemente divulgada del Instituto Datafolha (del mismo grupo del diario
Folha de S. Paulo), cuyo título inicial parecía fortalecer a Temer, pero por un
equívoco grave de manipulación; 62% de los brasileños quieren nuevas elecciones
y poquísimas personas defienden a Temer [55]. Además, de
los casi 600 parlamentarios, más de la mitad está siendo investigada por
corrupción y las delações premiadas citarían políticos
importantes de todos los partidos (aunque el foco tienda a permanecer en el
PT).
Una cuestión
para la izquierda sería qué hacer en caso –plausible- de colapso total del
sistema político. Otra sería si ella va a ser capaz de dinamizar y galvanizar
la insatisfacción social que debe aumentar a partir de la austeridad, ajuste
fiscal y políticas neoliberales. Eso vale para los dos polos de la izquierda,
tanto el “institucional” como el “autónomo”. El PT no supo ganar; contribuyó
decisivamente para los cambios en Brasil, pero no fue capaz de radicalizar las
conquistas ni cuando las calles apuntaron hacia eso (Junio 2013). Infelizmente
eso vale también para el otro polo. El MPL, una de sus expresiones, incendió
Brasil, puso en discusión un tema fundamental para la clase trabajadora
(transporte urbano), consiguió su inclusión como derecho social en la
Constitución, ayudó en la eclosión de un nuevo imaginario político radical,
pero no logró articular la lucha contra las cercas del transporte con los otros
campos: la comunicación, la gestión del agua escasa, la economía y los tributos…
Es interesante percibir cómo ambos polos, el institucional y el autónomo,
vencieron, pero tal vez no supieron ganar.
La resistencia
al golpe fue superior al que suponían o esperaban sus propulsores, pero
insuficiente para pararlo. No lo impidió, pero golpeó al golpe. Consiguió
explicitar que un sector minoritario pero expresivo expresase en alto y buen
sonido la ilegitimidad del gobierno interino. No logró, eso sí, cautivar a la
nueva generación; “después del golpe de abril de 2016, es comprensible que permanezcan
al margen de una disputa que se da en el campo del Orden. Decir (como la
izquierda) que fue un Golpe de Estado les es indiferente. Decir (como la
Derecha) que no fue, también” [56]. Paralela y
concomitantemente a esta lucha contra el golpe, una nueva generación se viene
organizando en una llave más autónoma, en una serie de movilizaciones:
ocupaciones de escuelas en varios estados, marcha de la marihuana, ocupaciones
de los aparatos culturales contra la extinción del Ministerio de Cultura,
cryptorave, mujeres y LGBT contra la cultura del abuso, hinchadas organizadas
contra O Globo. Subversiones múltiples reforzándose y conectándose, siendo
parte de un ciclo global que se expresa en las kurdas, en el Black
Lives Matter, en Oaxaca y muchas otras partes del planeta.
Los
estudiantes secundarios constituyen una de esas llamas y al ocupar en el fin
del 2015 más de doscientas escuelas públicas en San Pablo contra un plan de
reorganización del gobierno estadual del PSDB, ejecutaron uno “de los gestos
colectivos más osados en la historia reciente de Brasil, (…) ese movimiento
destapó la imaginación política en nuestro País”. De ese modo, “ya no se tolera
lo que antes se toleraba, y se pasa a desear lo que antes era impensable. Eso
significa que la frontera entre lo intolerable y lo deseable se disloca –y sin
que se entienda cómo ni por qué, de pronto parece que todo cambió: nadie acepta
más lo que antes parecía inevitable (la escuela disciplinadora, la jerarquía
arbitraria, la degradación de las condiciones de enseñanza), y todos exigen lo
que antes parecía inimaginable (la inversión de las prioridades entre lo
público y lo privado, la primacía de la voz de los estudiantes, la posibilidad
de imaginar otra escuela, otra enseñanza, otra juventud, inclusive otra
sociedad!)” [57].
«La resistencia al golpe fue superior al que suponían o esperaban sus propulsores, pero insuficiente para pararlo.»
¿Qué trae esta
nueva generación? ¿Cuál será su relación con las instituciones? ¿Cómo
conectarse y apoyarse mutuamente (inclusive para prepararse para la represión
en curso y por venir; con la combinación de la herencia maldita dejada por
Dilma en la de la Ley Antiterrorista y el ímpetu represivo del gobierno
interino)? ¿Cómo golpear en cuestiones decisivas como el fin del etnocidio, el
pago de impuestos por los ricos, el fin del encarcelamiento en masa, del
exterminio de la juventud negra y de los asesinatos de luchadores? ¿Cómo crear
alianzas nuevas, sorprendentes, pragmáticas y necesarias, composiciones
micro-macro, soviets múltiples? ¿Cómo potencializar las actuales subversiones y
su nueva imaginación política? ¿Cómo relacionarse con la “vieja generación”?
¿Cuál debería ser el papel de Lula (cuya fuerza todavía es significativa,
llegando a liderar las encuestas para 2018 aunque no se sepa si podrá
presentarse) y del PT en todo eso? ¿Y el de un movimiento fundamental, como el
MTST? Un caldo se viene formando, parte de una imposible constelación; en ese
sentido, el golpe en curso, retomando la idea de un tipo de revolución
subjetiva, puede tal vez ser pensado como una contra-revolución.
Creación
En la Guerra
de Paraguay, el Imperio brasileño convocó a sus súbditos para el combate, los
llamados Voluntarios de la Patria. Estos eran en verdad forzados, como en el
caso citado en la apertura del texto; los “Voluntarios involuntarios” y en una
perspectiva de curso más largo, “los indios fueron y son los primeros Involuntarios
de la Patria” [58]. En una
reciente reunión con el Frente Parlamentario Agropecuario, el presidente interino
habría declarado que “es una cosa muy curiosa, esa cuestión de las tierras
indígenas”, colocando que “vamos a intentar solucionar ese problema” [59]. Ya se
imagina, fácilmente, cómo… Golpes de ayer y de hoy, percibiendo una “historia
golpeada de Brasil” [60].
En 2016, el
cantante y compositor Chico Science cumpliría 50 años. Él y sus compañeros, en
el inicio de los años ’90, anuncian, con el manguebeat [61], un nuevo
momento y tal vez ese nuevo ciclo que se confirmó en las décadas siguientes, de
las periferias como actor clave, de los márgenes creativos; no por casualidad,
el manifiesto más importante contra el golpe ha venido de esos lados: por una
democracia real [62]. Tal vez una
revolución lenta. Este manifiesto de las periferias contra el golpe se
conectaría, así, con otro manifiesto, “cangrejo con cerebro”, escrito en 1992
por Fred Zero Quatro. Pensando y actuando desde Recife(manguetown), Fred
pregunta “¿cómo devolver el ánimo, deslobotomizar y recargar las baterías de la
ciudad? ¡Simple! Basta inyectar un poco de energía en el barro y estimular lo
que todavía queda de fertilidad en las venas de Recife”. Ese movimiento buscaba
“engendrar un circuito energético, capaz de conectar las buenas vibraciones de
los mangues con la red mundial de circulación de conceptos pop. Imagen símbolo:
una antena parabólica metida en el barro” [63]. El manguebeat retoma
al fabuloso y original filósofo Oswald de Andrade, en su lectura-re-lectura de
la antropofagia tupi y su idea de bárbaro tecnificado, en un hilo subterráneo y
subversivo de la contracultura brasileña.
De vuelta al mangue.
El mangue despojado de su imagen negativa de mugre, pobreza,
polución, basura, abandonado por el “poder público” hasta ser tapado de tierra
y liberado a la especulación inmobiliaria. El mangue como
riqueza ecológica, conector de las aguas dulces y saladas, fuente de
conocimiento, vida y política. Los cangrejos son habitantes del mangue,
se alimentan de los residuos y restos y son fundamentales para el manguezal [64], porque “cavan
pozos, formando verdaderos túneles, provocando la ventilación del barro,
facilitando la circulación del agua y brindando protección a otros animales.
Cuando cavan estos túneles los cangrejos promueven la renovación de nutrientes
de capas más profundas de barro, permitiendo la reutilización de estos
nutrientes por plantas y otros microorganismos” [65]. El barro
subversivo oponiéndose al barro tóxico de una de las mayores tragedias
ambientales de la historia de Brasil, ocurrida en la ciudad de Mariana, en
Minas Gerais. ¿Serían, en una clave tropical, los cangrejos los topos de Marx,
una metáfora de la revolución, al circular imperceptiblemente por debajo de la
tierra hasta interrumpir disruptivamente? En la mitología del candomblé, Oxalá
intentó crear las personas de madera, aire, agua, fuego, piedra, aceite y vino
y no lo lograba. Nanã le dio entonces el barro y las personas fueron modeladas
en él [66]. Somos el
color del color de la tierra, dice el Subcomandante Marcos en la Plaza del
Zócalo al llegar los zapatistas de una larga marcha venida del sudeste mexicano
en 2001 [67]. Y la voz de
los que cultivan la tierra [68]. El ciclo
anterior fue victorioso para la izquierda. ¿Qué nos dará el próximo? Vivimos
tiempos de golpe y de plantación; el manguecomo imagen de un
momento constituyente: ¿sabrá crear la izquierda?
«¿Serían, en una clave tropical, los cangrejos los topos de Marx, una metáfora de la revolución, al circular imperceptiblemente por debajo de la tierra hasta interrumpir disruptivamente?»
[fuente:
http://horizontesdelsur.com.ar/]
*Profesor
del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de São Paulo. Es autor
de Marx Selvagem (São Paulo, Annablume, 2013) y co-organizador de Junho:
potência da rua e das redes (Fundação Friedrich Ebert, 2014) y Cartografias da
emergência: novas lutas no Brasil (FES, 2015). Contacto: jeantible@usp.br.
Traducción: Bruno Levy
Notas al pie:
[1] Este
artículo es parte de una secuencia de artículos en español en los últimos años,
de análisis sobre la coyuntura brasilera antes publicados en la revista Nueva
Sociedad en tres oportunidades: ¿Una nueva clase media en Brasil? El lulismo
como fenómeno político-social. Nuso, Enero-Febrero 2013; Encrucijadas
brasileñas: entre protestas, procesos y elecciones. Nuso, Enero-Febrero 2015 y
(con Alana Moraes) ¿Fin de fiesta en Brasil? Nuso, Septiembre-Octubre 2015.
[2] Marina Dias. “Líder do governo rejeita pedaladas e defesa de Dilma usará fala em processo”. Folha de S. Paulo, 25/06/2016.
[3] Laura Carvalho. “Quem paga o pato?”. Folha de S. Paulo, 17/12/2015.
[4] Étore Medeiros. “Pelo menos 17 governadores pedalaram impunemente”. El País Brasil, 09/06/16.
[5] Victor Rezende et al. “Rio decreta calamidade pública”. O Estado de S.Paulo, 17/06/16.
[6] Rubens Valente. “Em diálogos gravados, Jucá fala em pacto para deter avanço da Lava Jato”. Folha de S. Paulo, 23/05/2016.
[7] Celso Rocha de Barros. “Jucá entregou o jogo”. Folha de S. Paulo, 30/05/2016.
[8] José Roberto de Toledo. “É o dinheiro, gênio!”. O Estado de S.Paulo, 04/07/16.
[9] Carl Schmitt. Théologie politique. Paris, Gallimard, 1988 [1922].
[10] Sobre esto ver https://grampo.org/
[2] Marina Dias. “Líder do governo rejeita pedaladas e defesa de Dilma usará fala em processo”. Folha de S. Paulo, 25/06/2016.
[3] Laura Carvalho. “Quem paga o pato?”. Folha de S. Paulo, 17/12/2015.
[4] Étore Medeiros. “Pelo menos 17 governadores pedalaram impunemente”. El País Brasil, 09/06/16.
[5] Victor Rezende et al. “Rio decreta calamidade pública”. O Estado de S.Paulo, 17/06/16.
[6] Rubens Valente. “Em diálogos gravados, Jucá fala em pacto para deter avanço da Lava Jato”. Folha de S. Paulo, 23/05/2016.
[7] Celso Rocha de Barros. “Jucá entregou o jogo”. Folha de S. Paulo, 30/05/2016.
[8] José Roberto de Toledo. “É o dinheiro, gênio!”. O Estado de S.Paulo, 04/07/16.
[9] Carl Schmitt. Théologie politique. Paris, Gallimard, 1988 [1922].
[10] Sobre esto ver https://grampo.org/
[11] Disponible en: https://pt.scribd.com/doc/304625836/Depoimento-do-ex-presidente-Lula-a-Lava-Jato
[12] “Imprensa brasileira insufla população para derrubar Dilma’, diz
Repórteres Sem Fronteiras”. Revista Brasileiros, 22/04/16.
[13] Marcos Nobre. “1988 + 30”. Novos Estudos, v.35.02, p. 135-149, Julho de 2016.
[14] Marco Weissheimer. “STF está envolvido no processo do golpe, afirma professor da UnB”. Sul21, 29/05/16.
[15] Mario Cesar Carvalho. “Supremo fugiu da regra ao afastar Cunha, diz pesquisadora”. Folha de S. Paulo, 06/05/2016.
[16] Fernando Henrique Cardoso. “Vitória amarga”. O Estado de S.Paulo, 7/12/2014.
[17] Ilimar Franco. “Panorama Político”. O Globo, 29/01/15.
[18] GPOPAI. “Pesquisa manifestação política 16 de agosto de 2015”. Disponible en:https://gpopai.usp.br/pesquisa/160815/
[13] Marcos Nobre. “1988 + 30”. Novos Estudos, v.35.02, p. 135-149, Julho de 2016.
[14] Marco Weissheimer. “STF está envolvido no processo do golpe, afirma professor da UnB”. Sul21, 29/05/16.
[15] Mario Cesar Carvalho. “Supremo fugiu da regra ao afastar Cunha, diz pesquisadora”. Folha de S. Paulo, 06/05/2016.
[16] Fernando Henrique Cardoso. “Vitória amarga”. O Estado de S.Paulo, 7/12/2014.
[17] Ilimar Franco. “Panorama Político”. O Globo, 29/01/15.
[18] GPOPAI. “Pesquisa manifestação política 16 de agosto de 2015”. Disponible en:https://gpopai.usp.br/pesquisa/160815/
[19] Editorial. “O jogo sujo da desinformação”. O Estado de S.Paulo,
29/05/2016.
[20] Fernando Fuentes. “Ex canciller y ex ministro de Defensa: ‘Lo que pasó con Rousseff tiene que preocupar a todos en el continente’”. La Tercera, 16/05/16.
[21] Mariana Borges. “Em Lisboa, manifestantes protestam contra ‘golpe’ durante evento com José Serra e Gilmar Mendes”. Opera Mundi, 29/03/16.
[22] Mark Weisbrot. “Golpe: a diplomacia cifrada de Washington”. OutrasPalavras, 25/05/16.
[23] Carlos Helí de Almeida. “Sessão de ‘Aquarius’ em Cannes é marcada por protesto contra impeachment; vídeo”. O Globo, 17/05/16.
[24] Redação. “Fotógrafo brasileiro vencedor do Pulitzer denuncia golpe no Brasil durante premiação”. Rede Brasil Atual, 29/04/16.
[25] Lucas Bulgarelli. “Diplomata brasileiro é vaiado e tem fala cortada em Conferência da OIT por negar golpe”. Revista Fórum, 03/06/16.
[26] El término pré-sal se refiere a un área de reservas petrolíferas que se encuentra debajo de una profunda capa de rocas salinas, que a su vez compone una de las varias capas del subsuelo marino.
[27] Ildo Luís Sauer. O pré-sal e a geopolítica e hegemonia do petróleo face às mudanças climáticas e à transição energética, mimeo.
[28] Natalia Viana. “WikiLeaks: NSA espionou assistente pessoal de Dilma e avião presidencial”. Agência Pública, 04/07/15.
[29] Juliana Rocha e Catia Seabra. “Petroleiras foram contra novas regras para pré-sal”. Folha de S. Paulo, 13/12/2010.
[30] Nathalia Passarinho. “Dilma diz na ONU que espionagem fere soberania e direito internacional”. G1, 24/09/13.
[31] Judiciários, n. 26, Brasília: Conselho da Justiça Federal, 2004.
[32] Luis Nassif. “As implicações geopolíticas da Lava Jato”. Jornal GGN, 15/10/15.
[33] Janio de Freitas. “Jatos desiguais”. Folha de S. Paulo, 08/11/2015.
[34] Luis Nassif. op. cit.
[35] Martín Granovsky. “Un ALCA hoy sería un desastre”. Página 12, 03/07/16.
[36] Luiz Alberto Moniz Bandeira. “1964: os generais sob a estratégia americana”. OutrasPalavras, 31/03/14. Ou nos arquivos norte-americanos:http://nsarchive.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB118/index.htm
[20] Fernando Fuentes. “Ex canciller y ex ministro de Defensa: ‘Lo que pasó con Rousseff tiene que preocupar a todos en el continente’”. La Tercera, 16/05/16.
[21] Mariana Borges. “Em Lisboa, manifestantes protestam contra ‘golpe’ durante evento com José Serra e Gilmar Mendes”. Opera Mundi, 29/03/16.
[22] Mark Weisbrot. “Golpe: a diplomacia cifrada de Washington”. OutrasPalavras, 25/05/16.
[23] Carlos Helí de Almeida. “Sessão de ‘Aquarius’ em Cannes é marcada por protesto contra impeachment; vídeo”. O Globo, 17/05/16.
[24] Redação. “Fotógrafo brasileiro vencedor do Pulitzer denuncia golpe no Brasil durante premiação”. Rede Brasil Atual, 29/04/16.
[25] Lucas Bulgarelli. “Diplomata brasileiro é vaiado e tem fala cortada em Conferência da OIT por negar golpe”. Revista Fórum, 03/06/16.
[26] El término pré-sal se refiere a un área de reservas petrolíferas que se encuentra debajo de una profunda capa de rocas salinas, que a su vez compone una de las varias capas del subsuelo marino.
[27] Ildo Luís Sauer. O pré-sal e a geopolítica e hegemonia do petróleo face às mudanças climáticas e à transição energética, mimeo.
[28] Natalia Viana. “WikiLeaks: NSA espionou assistente pessoal de Dilma e avião presidencial”. Agência Pública, 04/07/15.
[29] Juliana Rocha e Catia Seabra. “Petroleiras foram contra novas regras para pré-sal”. Folha de S. Paulo, 13/12/2010.
[30] Nathalia Passarinho. “Dilma diz na ONU que espionagem fere soberania e direito internacional”. G1, 24/09/13.
[31] Judiciários, n. 26, Brasília: Conselho da Justiça Federal, 2004.
[32] Luis Nassif. “As implicações geopolíticas da Lava Jato”. Jornal GGN, 15/10/15.
[33] Janio de Freitas. “Jatos desiguais”. Folha de S. Paulo, 08/11/2015.
[34] Luis Nassif. op. cit.
[35] Martín Granovsky. “Un ALCA hoy sería un desastre”. Página 12, 03/07/16.
[36] Luiz Alberto Moniz Bandeira. “1964: os generais sob a estratégia americana”. OutrasPalavras, 31/03/14. Ou nos arquivos norte-americanos:http://nsarchive.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB118/index.htm
[37] Marina Amaral. “A nova roupa da direita”. Agência Pública, 23/06/15.
[38] André Singer. Os sentidos do lulismo: reforma gradual e pacto conservador. São Paulo, Companhia das Letras, 2012.
[39] Discurso de posse de Gilberto Gil no Ministério da Cultura disponble en:http://www1.folha.uol.com.br/folha/brasil/ult96u44344.shtml
[38] André Singer. Os sentidos do lulismo: reforma gradual e pacto conservador. São Paulo, Companhia das Letras, 2012.
[39] Discurso de posse de Gilberto Gil no Ministério da Cultura disponble en:http://www1.folha.uol.com.br/folha/brasil/ult96u44344.shtml
[40] André Araújo. “A assustadora equipe econômica”. Jornal GGN, 21/06/16
[41] Laura Carvalho. “Céu de mentira”. Folha de S. Paulo, 07/07/2016.
[42] Daniel Bramatti et. al. “Dívida de diretor da FIESP com a União é de 6,9 bi”. O Estado de S.Paulo, 18/07/2016.
[43] Monica Gugliano. “Para Barbosa, Brasil saiu de isolamento crítico”. Valor, 10/06/16.
[44] Andrei Netto. “Serra critica OMC e diz que Brasil está ‘pronto para tomar novos caminhos’”. O Estado de S.Paulo, 02/06/2016.
[45] Eliane Catanhêde. “Governo não tem a opção de fracassar‟, diz José Serra”. O Estado de S.Paulo, 22/05/2016.
[46] Grupo de Reflexão sobre Relações Internacionais. “Condenamos a exoneração do Ministro Milton Rondó (CGFOME) e denunciamos o abandono da política de solidariedade exercida sob o seu comando”. Brasil no Mundo, 17/06/16.
[47] Maria Cristina Fernandes. “Alexandre de Moraes, o pit-bull de Temer”. Valor, 11/05/16.
[48] Disponível em: http://g1.globo.com/globo-news/jornal-globo-news/videos/v/michel-temer-contestaacusacoes-feitas-por-sergio-machado-em-delacao-premiada/5098083/
[41] Laura Carvalho. “Céu de mentira”. Folha de S. Paulo, 07/07/2016.
[42] Daniel Bramatti et. al. “Dívida de diretor da FIESP com a União é de 6,9 bi”. O Estado de S.Paulo, 18/07/2016.
[43] Monica Gugliano. “Para Barbosa, Brasil saiu de isolamento crítico”. Valor, 10/06/16.
[44] Andrei Netto. “Serra critica OMC e diz que Brasil está ‘pronto para tomar novos caminhos’”. O Estado de S.Paulo, 02/06/2016.
[45] Eliane Catanhêde. “Governo não tem a opção de fracassar‟, diz José Serra”. O Estado de S.Paulo, 22/05/2016.
[46] Grupo de Reflexão sobre Relações Internacionais. “Condenamos a exoneração do Ministro Milton Rondó (CGFOME) e denunciamos o abandono da política de solidariedade exercida sob o seu comando”. Brasil no Mundo, 17/06/16.
[47] Maria Cristina Fernandes. “Alexandre de Moraes, o pit-bull de Temer”. Valor, 11/05/16.
[48] Disponível em: http://g1.globo.com/globo-news/jornal-globo-news/videos/v/michel-temer-contestaacusacoes-feitas-por-sergio-machado-em-delacao-premiada/5098083/
[49] Paula Reverbel. “Logo do governo Temer usa bandeira dos anos 1960” e Silas
Martí. “Marca do governo Temer foi escolhida por Michelzinho, seu filho de 7
anos”. Folha de S. Paulo, 16/05/2016.
[50] Walter Benjamin. “Teses sobre a história” (1940).
[51] Fernando Marcelino. “Governo Temer forma triunvirato da repressão para aplicar programa antipovo”. Brasil de Fato, 17/05/16.
[52] André Singer. “Curto-circuito?”. Folha de S. Paulo, 11/06/2016.
[53] “61% apoiam impeachment de Dilma e 58%, de Temer, diz Datafolha”. G1, 09/04/16.
[54] Marina Rossi. “Aprovação do Governo Temer é de 13% e maioria não vê diferença com Dilma”. El País Brasil, 01/07/16.
[55] Glenn Greenwald e Erick Dau. “Folha comete fraude jornalística com pesquisa manipulada visando alavancar Temer”. The intercept, 20/07/16 e “A fraude jornalística é ainda pior: surgem novas evidências”. The intercept, 21/07/16.
[56] Lincoln Secco. “Secundaristas”. Blog da Boitempo, 24/05/16.
[57] Peter Pál Pelbart. “Tudo o que muda com os secundaristas”. OutrasPalavras, 13/05/16.
[58] Eduardo Viveiros de Castro. “Os Involuntários da Pátria”. Aula pública durante o ato Abril Indígena, Cinelândia, Rio de Janeiro, 20/04/16.
[59] Janio de Freitas. “Estrelas em cena”. Folha de S. Paulo, 14/07/2016.
[60] Douglas Belchior. “A história golpeada do Brasil”. Blog Negro Belchior, 07/05/16.
[61] Con este término se menciona en Brasil a lo que en Argentina llamamos molinete: el dispositivo de giro sobre un eje que permite o niega el acceso a, generalmente, transportes públicos (en el caso argentino, comúnmente utilizado en subterráneos y trenes).
[62] Manifesto “Periferias contra o golpe”. Disponible en: http://goo.gl/forms/ZK6G0QS1xY
[50] Walter Benjamin. “Teses sobre a história” (1940).
[51] Fernando Marcelino. “Governo Temer forma triunvirato da repressão para aplicar programa antipovo”. Brasil de Fato, 17/05/16.
[52] André Singer. “Curto-circuito?”. Folha de S. Paulo, 11/06/2016.
[53] “61% apoiam impeachment de Dilma e 58%, de Temer, diz Datafolha”. G1, 09/04/16.
[54] Marina Rossi. “Aprovação do Governo Temer é de 13% e maioria não vê diferença com Dilma”. El País Brasil, 01/07/16.
[55] Glenn Greenwald e Erick Dau. “Folha comete fraude jornalística com pesquisa manipulada visando alavancar Temer”. The intercept, 20/07/16 e “A fraude jornalística é ainda pior: surgem novas evidências”. The intercept, 21/07/16.
[56] Lincoln Secco. “Secundaristas”. Blog da Boitempo, 24/05/16.
[57] Peter Pál Pelbart. “Tudo o que muda com os secundaristas”. OutrasPalavras, 13/05/16.
[58] Eduardo Viveiros de Castro. “Os Involuntários da Pátria”. Aula pública durante o ato Abril Indígena, Cinelândia, Rio de Janeiro, 20/04/16.
[59] Janio de Freitas. “Estrelas em cena”. Folha de S. Paulo, 14/07/2016.
[60] Douglas Belchior. “A história golpeada do Brasil”. Blog Negro Belchior, 07/05/16.
[61] Con este término se menciona en Brasil a lo que en Argentina llamamos molinete: el dispositivo de giro sobre un eje que permite o niega el acceso a, generalmente, transportes públicos (en el caso argentino, comúnmente utilizado en subterráneos y trenes).
[62] Manifesto “Periferias contra o golpe”. Disponible en: http://goo.gl/forms/ZK6G0QS1xY
[63] Fred Zero Quatro. “Caranguejos com cérebro” (1992). Disponible en:
[64] Ecosistema de transición entre el ambiente terrestre y marino, de zonas húmedas típicas de regiones tropicales y subtropicales. Al igual que el mangue, está asociado a bahías y desembocaduras de ríos y/o mares.
[65] Djalma Agripino de Melo Filho. “Mangue, homens e caranguejos em Josué de Castro: significados e ressonâncias”. Hist. cienc. Saude-Manguinhos, vol.10 no.2. Rio de Janeiro, Maio-Agosto de 2003.
[66] Reginaldo Prandi. Mitologias dos orixás. São Paulo, Companhia das Letras, 2000.
[67] Palavras del EZLN el día 11 de marzo de 2001 em el Zócalo de la Ciudad de México. Disponível em: http://submarcos.org/zocalo.html
[64] Ecosistema de transición entre el ambiente terrestre y marino, de zonas húmedas típicas de regiones tropicales y subtropicales. Al igual que el mangue, está asociado a bahías y desembocaduras de ríos y/o mares.
[65] Djalma Agripino de Melo Filho. “Mangue, homens e caranguejos em Josué de Castro: significados e ressonâncias”. Hist. cienc. Saude-Manguinhos, vol.10 no.2. Rio de Janeiro, Maio-Agosto de 2003.
[66] Reginaldo Prandi. Mitologias dos orixás. São Paulo, Companhia das Letras, 2000.
[67] Palavras del EZLN el día 11 de marzo de 2001 em el Zócalo de la Ciudad de México. Disponível em: http://submarcos.org/zocalo.html
[68] Debate entre Sônia Guajajara, Zé Celso e Guilherme Boulos. Teatro Oficina,
São Paulo, 06/06/16. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=_rf89zFaNT8