De Liniers a Parque Centenario: un abismo // Diego Valeriano
Porque cuerpo y territorio lo son todo. Lo son los miles de
kilómetros para llegar, lo son las fiestas que hay en el camino y por sobre
todo, la entrega. Esa entrega absoluta hasta ocupar todo. La física impide que
dos cuerpos ocupen el mismo lugar al mismo tiempo. Por eso son vanguardia;
porque despejan, ocupan y resisten.
El runflerio es vanguardia de la resistencia, son resistencia y
ocupación. Son la real resistencia que no está en otro lado, está ahí, ahí
mismo. Son vanguardia de la ocupación, son el real enemigo que enfrenta a la
restauración donde más les duele: en el orden necesario para sus negocios.
Para resistir genuinamente es necesario morir políticamente y no
quedar atado a apelaciones nostálgicas, explicaciones absurdas y artificios
morales. Morir como gesto: soltar el cuerpo político. La calle José León
Suarez de Liniers habla más de la vida, la resistencia y el aguante que
las plazas de los empoderados.
Ya sabemos que el consumo libera. Desata formas de vida inauditas.
Rebeliones permanentes. Mutaciones del territorio, descalifica ideas muy
asentadas. El horror que les produce a algunos el goce de las vidas runflas,
los hace pegar un grito desesperado y complejo. De tan complejo tal vez, los
acerque (cuando no hacen política) a sus adversarios políticos.