Diciembre está empezando y siempre se desborda
Diego Valeriano
El
ingreso al consumo fue una acción de
pura prepotencia emancipadora. Se provocó un desborde, un estallido, una fuerza
que arraso convenciones obsoletas. Las complicidades del buen gobierno
favorecieron momentos de liberación. Acción y reacción. Vida, violencia, fiesta,
muerte, verdad, experimentación y goce. Una nueva voracidad creció
embrionariamente. Incontrolable, nueva, inentendible.
Por
los anuncios del nuevo gobierno y quienes los van a ejecutar, parece que la
fiesta está terminando, tendremos que
realizar el ritual de cierre (y resistencia), lacerando cuerpos propios y
ajenos, rompiendo cabezas, destruyendo propiedad de otros. Las vidas runflas
terminan las fiesta como corresponden. Diciembre está empezando y siempre se
desborda. Nunca es un vaticinio, más bien una invitación.
La
transformación de los modos de vida en los últimos diez años coloco a los
negros indómitos en una posición ambigua: imposible de estar mejor y, a su vez,
mortales. Victimarios y víctimas. Poderosos y frágiles. Fiesteros con resaca. Es
decir, con la ambigüedad propia de un proceso de liberación que fue puro
presente.
¿Solo
el consumo nos hará libre? Ni en pedo, la fiesta sí, la fiesta nos hará libres.
Lo bueno de las rochas y los negros, de esas vidas runflas prepotentes e
insoportables, es que no se cuidan, no miden, no proyectan. No ensayan
justificaciones, no cuidan los modos. Van. Solo van en ese proceso absurdo y
profundo. Van en moto, van tirando cortes. Un ruido insoportable acompaña la
emancipación. Lejos, muy lejos de las estéticas de antaño. Es el ruido de la
fiesta.
“Aquí
no se rinde nadie” parece expresar un pibe con un short del Real Madrid y en
cuero mostrando sus tatuajes en la placita de Las Artes de Morón. Como se va a
rendir si todavía quedan cuotas por pagar, planes por cobrar, fiestas por vivir.
Llegan más negros y pibas, se ríen, se saludan, toman juntos. Se miran de
reojos con los de la policía local. Los dos bandos saben que es diciembre y que
a dos cuadras está el Coto que inauguraron el mes pasado.