Sacar del gueto a la economía popular y migrante *
La tragedia de Flores convocó una nutrida asamblea de
organizaciones, vecinxs e instituciones para tratar –elaborar, pensar,
intervenir– luego de un nuevo incendio de un taller textil, donde murieron dos
niños, hijos de los trabajadores que también resultaron
gravemente heridos. Nos parece fundamental la
organización popular y barrial frente a estas cuestiones, para salir de la mera
denuncia y construir espacios de mayor organización y discusión colectiva.
Aquí algunos de los puntos a los que llegamos tras la puesta en
común:
+ Es necesario dejar claro que no se trata de un problema de
“bolivianos/as”. El taller textil, al igual que las quintas que producen frutas
y verduras, son parte de circuitos de producción y consumo que involucran a toda
la ciudad y parte de una cadena de valor en la que participan grandes marcas,
talleres tercerizados, un empresariado informal y miles de trabajadores y
trabajadoras migrantes.
+ Son estos circuitos, extremadamente rentables gracias al
trabajo migrante que explotan, los que abaratan y posibilitan la vida en la
ciudad para buena parte de la población. Justamente la que no consume en los
shoppings, aun si las prendas textiles que allí se venden son producidas en
idénticas condiciones que las que circulan en las ferias populares.
+ Por esta razón, nos parece fundamental que no se criminalice
el consumo popular y que no se pida la represión sobre la informalidad. Por dos
motivos: primero porque se ataca a las redes que hacen posible el consumo en un
contexto de inflación y de condiciones hiper precarias de empleo. Por otro,
porque cuando se organiza la persecución sobre los ilegalismos populares lo que
se activa es la persecución racista de los pobres.
+ Es necesario que no se hable de “colectividad” boliviana como
si se tratara de un conjunto homogéneo. Hay empresarios –que son dueños además
de otros emprendimientos como radios y boliches– y hay trabajadores. Es
necesario trazar un mapa complejo de los circuitos de explotación pero también
de los esfuerzos de progreso y de valorización de la ciudad que los
trabajadores migrantes protagonizan. Seguir hablando de colectividad es
mantener a estas economías encerradas en un gueto.
+ Las tragedias de Paéz y de Viale, pero también las escenas de
las topadoras arrasando con La
Salada como conclusión de una serie de muertes, nos congelan
en la impotencia y sólo dejan el camino a la victimización. Se borra así la
productividad concreta de los trabajadores, sus ansias de progreso y sus
esfuerzos, y se reinterpreta esta vitalidad social como puro sometimiento y
sumisión.
+ Es fundamental la alianza con los vecinos que, como han
repetido, no confían en denunciar a la policía a los talleres textiles porque
se sabe de la complicidad política y policial con los negocios. ¿Se sabe que
los uniformes de la policía federal y la policía metropolitana se hacen en los
talleres textiles clandestinos? Hay que evitar una “caza de brujas” sobre los
trabajadores migrantes, sobre los feriantes y sobre quienes, desde abajo,
construyen el derecho a una ciudad más justa.
CONVOCAMOS A UNA ASAMBLEA ESTE SÁBADO 2 DE MAYO – 18 HS.
CAZONA DE FLORES – Morón 2453.
* Este comunicado fue escrito
por un grupo de vecinas y vecinos y de organizaciones comunitarias, sociales, políticas
reunidas en Asamblea en La Cazona de Flores el Lunes 26 de abril antes la
llamada tragedia de la calle Paéz