“Latinoamérica enseñó a Podemos una política de lo imposible”. Entrevista a Íñigo Errejón
por Ricardo Aguilar Agramont
Íñigo Errejón fue
jefe de campaña del partido español de orientación izquierdista Podemos durante
las pasadas elecciones europeas; en éstas su partido sorprendió sacando cinco
escaños con más de un millón de votos. El tradicional Partido Socialista Obrero
Español (PSOE) y naturalmente el derechista Partido Popular (PP), así como
medios, como El País, entre otros, han emprendido una campaña contra la nueva
organización política en ascenso acusándola, en algunos de estos casos, de
estar financiada por Venezuela. Errejón admite que los procesos
latinoamericanos como los de Bolivia les han enseñado mucho.
De rostro
aniñado, Errejón es doctor en Ciencias Políticas. Condujo la exitosa campaña de
un partido apenas nacido. Hoy es asesor de la organización y jefe de campaña
interino hasta el congreso de Podemos. La encuesta de hace unos días del Centro
de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España da actualmente a Podemos el
tercer puesto en general y el segundo en intención de voto en su país...
Sabemos que Podemos observa hacia este lado, a
Bolivia, Venezuela y otros. ¿A qué se debe su visita, tal vez una articulación?
Tuve un evento
sobre la hegemonía y transformación del Estado organizado por el Centro de
Investigaciones Sociales (CIS) y el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo). Dicho esto, es cierto que hemos reconocido varias veces que la
experiencia de Podemos no habría sido posible sin los aprendizajes políticos
recientes, en el filo del siglo XXI, tomados de América Latina. Obviamente, no
para trasponer cosas directamente, que sería absurdo; pero sí para tomar nota
de cómo en momentos de descomposición política y crisis de las instituciones
políticas y los liderazgos viejos, hay posibilidad de articular voluntades
políticas potencialmente mayoritarias que abran un ciclo de expansión
democrática y de recuperación de la soberanía. Así, nosotros, reconociendo las
muchas diferencias, vemos que hemos aprendido mucho intelectual, personal y
políticamente de los procesos de cambio de América Latina.
¿Concretamente, cuáles son estos aprendizajes y cómo
se articulan a su propuesta en España?
Nuestra propuesta
es española y, por tanto, parte de las condiciones españolas, de nuestra
cultura política y de las condiciones en las que se dirime la diferencia entre
un proyecto de recuperación de la soberanía para la ciudadanía o un proyecto de
saqueo por parte de las élites financieras. No obstante, hubo otras
experiencias que hemos conocido, que hemos estudiado, que nos han enseñado
cómo, en determinados momentos, el horizonte de lo que es posible se puede
expandir. El Gobierno boliviano, como otros gobiernos progresistas de la
región, hizo cosas que los expertos decían que no se podían hacer y el
resultado de haberlas hecho fue unos largos años de crecimiento, inclusión y
redistribución. Cuando se hizo la renegociación de los contratos
hidrocarburíferos, según los expertos, iban a provocar que las multinacionales
se fueran por invertirles la proporción de ganancia, que su país iba a perder
la inversión extranjera, que se iba a aislar y empobrecer. Éste es un discurso
similar al que se les dice a los pueblos de Europa: que no se puede hacer otra
cosa, se lo dicen al pueblo griego, al pueblo español, al portugués, al
italiano: “solo la austeridad y el cumplimiento de las políticas que dictan el
FMI (Fondo Monetario Internacional), el Banco Central Europeo y los potentes bancos
alemanes nos va a sacar de la crisis”. Al contrario, noso- tros hemos visto en
América Latina cómo la salida del largo ciclo de empobrecimiento, destrucción
de la economía y soberanía de los países no se hizo obedeciendo a los que
capitanearon esa destrucción, sino al revés, desobedeciéndoles, construyendo y
recuperando soberanía nacional para hacer políticas. Ése es un aprendizaje.
Visto así, ¿Latinoamérica enseña una política de lo
que puede ser posible?
Es una política
de la expansión, una política de lo imposible, si quieres, y no un afán
utópico, porque hemos visto que todo lo que era imposible, según los que se
beneficiaban de que todo se haga siempre de la misma forma, cuando empujas el
horizonte hacia adelante, se consigue hacer. Insisto en la renegociación de los
contratos, acá, de hidrocarburos, de la deuda en el Ecuador, de la
redistribución, que era imposible. Lo posible es el resultado de un equilibrio
de fuerzas en políticas. En la medida de que lo posible estaba determinado por
los que mandaban, generaba resignación. El horizonte de lo posible se puede
empujar, nosotros hemos nacido haciéndolo. Hicimos una campaña sin dinero de
los bancos, sino con dinero de la población: con 110.000 euros, cuando 3
millones de euros fue el gasto del siguiente partido, del PSOE, y del PP ni qué
decir...
Entonces, ¿cuáles son las otras enseñanzas?
Hemos aprendido
también que hay momentos en los que la audacia y flexibilidad son capaces de
construir mayorías políticas nuevas. Ayer parecía que todo el escenario de la
política era descomposición, descreimiento, desconfianza y en un momento dado
emergen liderazgos, propuestas, símbolos y discursos nuevos que hacen de
articuladores de diferentes sectores sociales descontentos y que ayer solo
estaban descontentos en términos de protesta, mientras que hoy pueden conformar
una voluntad popular nueva, que pueden inclusive llegar a gobernar sus países
en beneficio de la población. Hemos visto también que esas aventuras
emprendidas han inaugurado el episodio temporal histórico más largo (para una
buena parte de los países latinoamericanos) de reducción de las desigualdades,
la pobreza, además del aumento de la inclusión ciudadana, la expansión de los
derechos y la soberanía popular. Eso no significa ser ciego respecto a los
límites y contradicciones de los procesos de transformación estatal. Que un
proceso tenga contradicciones es normalmente la garantía de que el proceso es
de verdad, que no existe en los libros, sino en la realidad.
Susana Díaz del PSOE pidió a los jóvenes socialistas
españoles no mirar a Venezuela y Bolivia, sino a Suecia y Dinamarca...
El PSOE está en
una profunda crisis y está marcadamente nervioso, eso ha hecho que haya perdido
el rumbo. Es un partido al que se le oyen declaraciones mucho más críticas
hacia Podemos que hacia el gobierno del PP. Cuando dicen eso, lo que le está
pidiendo a los jóvenes es que no miren a España. Nos encontramos con unas
élites en retroceso, con menor capacidad de convencer, en una erosión social y
cultural que se está transformando en una erosión electoral. No tienen nada que
decir sobre los problemas de los españoles; y, en ausencia de nada qué decir,
tratan de hablar de países que están a miles de kilómetros de distancia para
generar un miedo que evite un corrimiento de voto y apoyo. En el momento más
claro de divorcio entre élites políticas y ciudadanía, las élites, en vez de
proponer, exportan miedo.
¿Quieren transmitir que lo que sucede, por ejemplo,
en Bolivia es de temer?
Es que nadie lo
conoce realmente, es muy difícil recibir información más o menos seria de lo
que sucede en Bolivia o en otros procesos en Latinoamérica como en Ecuador,
Uruguay, Brasil, Argentina, que en general es una dinámica cuasi continental.
Lo que hay es su intento de construir una idea eurocéntrica: “cuando entramos
en Europa progresamos, mientras que mirar al sur es el subdesarrollo, el caos,
la inestabilidad...”. En realidad, para la mayor parte de la población
española, este tipo de entrada subordinada a la Unión Europea , en la
que somos una periferia, ha ocasionado que nuestras políticas contra la crisis
están siendo dictadas por las élites económicas europeas que lucran de la
crisis y eso está determinando mucho dolor social. Aún así, veo unas élites en
retroceso que intentan dibujar la contraposición entre seguir en esta vía que
es Europa, porque romper te lleva a lo peor de los peores monstruos del tercer
mundo, ése es el tipo de narrativa eurocéntrica y mal informada sobre los
rumbos en América Latina. Pero lo importante es qué mitos evocar y ahí está el
mito Europa-modernidad y el sur y lo peor de nuestra propia tradición. Con eso
no se permite que se discuta del proyecto real de la Unión Europea , sino
de una suerte de idea abstracta según la cual todo lo que viene de Europa es
bueno y moderno, y hace años que todo lo que viene de la Unión Europea son
políticas de ajuste que se han demostrado injustas socialmente e ineficaces económicamente.
Visto esto, una pregunta inmensa: ¿qué es lo fundamental
de la propuesta de Podemos para España?
En Podemos
decimos que hemos llegado al final de una etapa política. El pacto social de
1978 está roto por los privilegiados y hay que rehacerlo, eso significa una
asamblea constituyente que recomponga el tejido político que hoy está
agrietado; mientras tanto, somos conscientes de que se necesitan medidas
inmediatas, como un decreto que paralice los desahucios que echa a la gente de
sus casas aunque sigan pagando la deuda a veces a bancos que han sido rescatados
con dinero público... Eso puede hacerse mañana. Decimos que la deuda hay que
auditarla, porque una buena parte de ella es ilegítima y hay que
reestructurarla. Aquí los expertos vuelven a decir que es imposible, que no
puede hacerse. Hemos visto que todos los ejemplos exitosos de crecimiento
después de una crisis han pasado por medidas de protección o auditoría o impago
de la deuda, Eso no solo sucedió en Argentina o Ecuador, sino también en
Alemania después de la guerra.
¿Podemos viene de las movilizaciones del 15-M?
Podemos no
hubiese sido posible sin el aprendizaje latinoamericano y tampoco sin el 15-M,
eso no significa que represente al 15-M porque éste es políticamente
irrepresentable, por ser un movimiento muy diverso. El que reclame eso para sí
o no ha entendido nada del 15-M o está mintiendo. Sin embargo, es verdad que el
15-M y su ciclo de protestas modificaron elementos fundamentales de nuestra
cultura política, abrieron grietas en los consensos, modificaron la agenda y
pusieron a las élites en la defensiva. No modificaron los equilibrios de poder
en el Estado, pero por debajo, en la sociedad civil, se están empezando a
producir cambios culturales muy importantes, por los cuales las diferencias
entre los partidos principales cada vez importan menos; esto significa decir:
“ustedes son prácticamente iguales”, porque gane el PP o el PSOE,
sistemáticamente las leyes y las instituciones están a favor de grupos de poder
privilegiados.
La prensa refleja su éxito electoral como
impensado...
Mucha gente dice
que recién aparecimos en enero y preguntan cómo conseguimos esos resultados en
marzo. Fue porque enero fue la cosecha, la siembra venía de mucho tiempo atrás,
de un largo ciclo de protestas, de movilizaciones y de descrédito y eso es muy
importante. El voto de Podemos no es necesariamente el voto de los que se
movilizaron (el 15-M). La última encuesta del CIS nos da el tercer puesto
y el segundo en intención de voto, y
muestra que esa intención es muy diversa. En la intención de voto entre
ejecutivos y profesionales casi empatamos con el PP. Se intentó fabricar una
etiqueta de ser un voto de jóvenes enfadados y los estudios nos devuelven que
es un voto transversal en edad, en categorías de ocupación y relativamente
transversal en términos ideológicos.
La encuesta incluso los pone como favoritos en el
voto de empresarios y altos ejecutivos...
Efectivamente, lo
que demuestra que la dicotomía izquierda-derecha ya no explica lo que está
sucediendo en España, eso alumbra una mayoría política de cambio en España.