Berninauta

por Diego Valeriano


A la izquierda de Berni, la pared. Así de simple. Solo la pared. No se puede gestionar más a la izquierda que él. Hábil, con huevos, buen orador, con la teatralidad justa. Va rompiendo piquetes y obviedades de manera sistemática y concisa. Al frente interno se lo metió en el bolsillo en dos apariciones públicas. Saco a pasear a la periodista militante y a la diputada Ultra de manera magistral y se termino la discusión. ¿Piquetes legítimos? Seamos serios.

Hacer política desde las fuerzas de seguridad es tarea complicada, máxime frente a la complejidad que se presenta y a la simpleza de lo que se dice. A la derecha mediática le confunde las neuronas.  No llegan a entender si es uno de ellos o no. La izquierda autorreferencial e insaciable no logra que sea el enemigo que necesita. Los cristinistas de paladar negro se chocan entre sí de atolondrados que quedan frente a ciertas declaraciones. “Del Sel, Miguel Del Sel” 

Con la prepotencia de la acción mete en discusión cosas que la progresía pensaba que estaban perimidas. “A los extranjeros que roban hay que deportarlos”. La izquierda rápida de reflejos cuestionó sus dichos y agregó que hay ladrones norteamericanos que habría que deportar, y en ese mismo instante Cristina anunciaba la ley antiterrorista contra Donnelley. 

Es muy difícil ser bien pensante, pero más difícil es hacer política seriamente. Cualquier extranjero que vino a vivir a la Argentina en los diez años coincide con Berni. Incluso los chorros. Como Atila, por donde pasa Berni no crece el pasto de la obviedad. Te amaga por derecha y te ocupa el territorio por izquierda, como sucedió en el desalojo de la villa Francisco Bergoglio. Te saluda desde el gobierno progresista y mea desde un helicóptero la mini unidad obrero/estudiantil. 

Multifacético, iconoclasta, super activo, incomprendido, respetado y temido. Berninauta marca agenda, ordena y nos señala que la única salida es por izquierda. 

Ah, el paro, no es un gran noticia. Solo lo que siempre pasa, la burocracia adscribiendo a la teoría del pato rengo. La izquierda haciendo de partenaire de todos por 15 segundos de fama, Michelli sonriendo cada vez que abre la heladera y el gobierno cada vez más encerrado en su juventud maravillosa. La verdadera y gran noticia, en este día, digamos, anómalo, es que echaron a Bianchi.