Toda escritura es una reescritura, de Franco Ingrassia
Franco
Ingrassia suele indagar en la psicología, la sociología y las tramas de los
dispositivos institucionales, desentrañando los misterios del telar arácnido al
que estamos habituados a llamar sociedad. Esta vez, en La Socialidad hay un
ejercicio simple y corrosivo: una reescritura, una apropiación, una violencia.
Reescrituras que se producen en ciertos límites sin pretender atravesarlos sino
más bien explorarlos, hacer de ellos zonas de intensos mestizajes en lugar de
líneas que delimiten lo binario. Reescrituras señalando que ellas mismas
habitan el infinito movimiento donde todo escritor es un amanuense.
En La Socialidad se
indistingue la poesía y la teoría, y esa operación se aleja tanto de la
infertilidad de la discusión sobre los géneros, como de los pastiches
“post". Aquí se indistingue para potenciar la plasticidad de la estética y
la tenacidad de la crítica. No hay entonces ni razón teórica ni sinrazón
poética sino otra cosa. Y hay otra cosa porque lo que inquieta,
insiste y obliga a experimentar, no es una necesidad estética ni teórica.
Bauman,
Negri, Lewkowicz, Latour… Sonoridades
prestadas, hibridadas, recom-binadas. Pero ellos no están aquí mucho más que
Baudelaire, Blanchot, Lucrecio, Deleuze, Castoriadis… El amanuense sabe que hay
un momento (tan preciso como difuso), donde alguien
deviene cualquiera. Ahí es donde se sumerge
en el oficio de hilar las voces para que ellas compongan un armónico, un sonido
enigmático y nuevo que se produce a partir de vibraciones e intensidades
yuxtapuestas. Esa experiencia (afectiva, intensiva, intelectual, vital,
inquietante, colectiva, inacabada) es la socialidad.
La socialidad, Franco Ingrassia,
hekht, invierno de 2014.
Resultado de la sinergia entre la Superabundans Haut
(imprenta de tipos móviles), la legión (encuadernación) y
hekht. Tapas duras, cosido a mano, 11 x 18 y 14 x 17. ISBN 9789872591441.
108 páginas.