Hay que secuestrar a Scioli
por Anónimo
“Y entonces que carajo haces?”
La pregunta que
había iniciado el debate volvía cada vez con más fuerza, coqueteando la
acusación, el interrogatorio, o un pedido de auxilio.
Con el cementerio
de puchos hinchado, el bocho quemado y todos las respuestas de casete gastadas,
siendo las 4 am de otra noche consumida en la mayor y más hermosa de las
adicciones, la política; el delirio, el absurdo o la lucidez absoluta arrojaron
la respuesta más concluyente y satisfactoria para todos.
“Hay que
secuestrar a Scioli”
Acá está lo
interesante, porque si hay algo claro en estos encuentros trasnochados de
cerebros fundidos es que definitivamente no todos pensamos lo mismo. Cada uno
miro protocolarmente a su punto de referencia antagónico preferido y espero su
coherente indignación.
¿Una interna? La
gana, lo legitima, candidaturas se funden y mezclan en secuencias de terror y
gobernabilidad.
Massa! Massa
debería subir, esto lo pone en jaque, ahí cierra con Massa y el Kirchnerismo se
limpia, pero el involteable está cómodo ¿Massa es una esperanza?
Cristina,
Cristina debería decir algo, jugarsela, señalar al mejor de los “no-sciolis” y
decir “Ese soy yo”, ahí lo complicas, ahí está en el horno… Pero por qué haría
eso, es antiintuitivo, anti-peronista, “mi heredero es el pueblo” listo,
mátense. Muchos de acá harían lo mismo.
Mientras todos
seguimos debatiendo, a paso lento y firme se acerca el manco, con su sonrisa
ensayada y bronceado motonáutico, tiene pinta de presidente, ¿Lo viste con la
mujer? Quedan bárbaro.
Scioli no es el
kirchnerismo, Scioli es el operativo de canas furiosos y naranjas con guita
docente, Scioli es un guiño al FMI, Scioli es empresario.
Estás loco,
responde el compañero convencido, el compañero que entiende que la política es
el arte de lo posible, uno que sabe: Scioli es el más kirchnerista de los
kirchneristas, y tiene razón.
El tipo es
inmutable, se banca 17 días de paro docente, no está ni agitado. Mariotto le
comió los tobillos una gestión entera, el saco lo tiene impecable ¿Y sabes que
es lo peor? Siempre, siempre te dijo que era Kirchnerista, parte y convencida
del proyecto.
Scioli no tendría
problema en ir con Massa, Scioli y Massa son lo mismo!
Sigamos
discutiendo, total nadie sabe qué carajo le pasa por la cabeza al compañero…
¿¡Cómo le vas a decir compañero a Scioli!?
Tranquilidad, por
suerte existe el pelotudo de Forster que nos explica que Scioli se gano su
derecho a competir en la interna del Frente Para la Victoria , gracias, posta
gracias Forster. Pelotudo.
El mismo tipo que
viene de jugar un picadito con Macri se acerca trotando, lento y seguro,
sudando dólares al ritmo de “No se puede estar medio embarazado” para tomar las
riendas del proyecto nacional y popular, mientras te cuenta lo jodidos que son
los pibes chorros a quienes por más que les des planes sociales y laburo sólo
quieren drogarse y robar.
Hay que
secuestrar a Scioli.
¿Cómo puede ser
que después de más de una década de existencia de una identidad política
fundante y la potencialidad de una subjetividad militante a futuro, la variable
más razonable dentro de la intrascendencia cotidiana a la que está sometida la
militancia popular sea resolver de forma antidemocrática y digna de otros
tiempos, un futuro que se presenta cual fatalidad lógica?
Acá ya no se
trata de ideologías, secuestrar a Scioli pasa a ser un deber patriótico, una
obligación moral, si el Che viviera claramente estaría secuestrando a Scioli en
este momento.
Es ahora, estamos
todos en el auto, afuera de lo de Scioli.
En eso lo vemos,
ahí sale, está yendo a correr, se ve ridículamente presidenciable, me hace
acordar a Frank Underwood, en House of C…
-DALE SCIOLI,
METETE EN EL AUTO, CALLATE, NO HABLES, VAS A VER HIJO DE PUTA!
Sobra cagaso en
el aire, pero metemos a Scioli en el auto a los empujones. Secuestramos a
Scioli.
Cuesta arrancar
el auto, se queda una vez, para envalentonarnos empezamos a cantar la marcha,
pero Scioli se nos une para confusión de todos. En la incomodidad y el
nerviosismo uno se entra a reír y el otro le pega un sopapo en la nuca a
Scioli, yo no me contengo y me doy vuelta “Boludo, le acabas de pegar a Scioli…
Muy loco todo est…” “ARRANCÁ BOLUDO”, me gritan de atrás.
Salimos, lo
logramos, secuestramos a Scioli.
El plan era
redondo, había que irse a la loma del orto, a la quinta de uno de nuestros
compañeros dado que la izquierda y el peronismo revolucionario tuvo y tendrá
quintas, una vez en el lugar, procederíamos a someter a Scioli a un juicio
revolucionario para ajusticiarlo.
Scioli estaba
sospechosamente tranquilo, inquietantemente tranquilo. El copiloto comenzó a
instigarlo por vendepatria, cagón, traidor y tibio; Scioli le propuso que
trabajen juntos para una Argentina mejor. Tenía sentido.
La cosa estaba jodida
porque no teníamos los papeles del auto, había que sortear controles y peajes
de todo tipo, así que frenamos a pensar. Habíamos llegado de forma algo
desprolija al secuestro, un par de nosotros tenían registro, pero de qué carajo
sirve mostrar documentación si estas secuestrando a alguien, aparte
reconocerían a Scioli.
Por suerte
nuestro rehén propuso una alternativa superadora, él manejaría hasta el lugar,
podíamos encañonarlo desde el asiento de atrás y nadie le iba a romper las
pelotas a Scioli entrando a una quinta, el plan era perfecto, que maneje él.
Nos cambiamos de asientos y seguimos.
Estábamos
terminando de cerrar las preguntas disparadoras del juicio revolucionario
cuando llegamos, Scioli nos pregunta si está bien que deje el auto ahí o preferíamos
que lo entre “Dejalo acá che, no hay drama”.
Entramos, Scioli
propuso que lo atásemos a una silla para cumplir protocolarmente con lo que
todos teníamos en mente, con unidad, trabajo y solidaridad lo atamos siguiendo
sus certeras indicaciones. El plan estaba saliendo a la perfección.
“Daniel Osvaldo
Scioli, en el presente juicio revolucionario, se lo acusa de ser la variable
alevosamente más sólida de gobernabilidad, potente en materia de votos y
flexible ideológicamente, siendo la única opción a la altura de la patria: su
eliminación física”
-Che para, eso no
puede estar bien.
-¿Por qué?
-De que carajo lo
estamos acusando? De ser un crack políticamente?
-Como!? NO,
jamás, lo acusamos de que… De que no puede ser Scioli.
-No, obvio que no
puede ser Scioli la única opción para 2015, estamos de acuerdo, pero quien
carajo redacto eso?
-Scioli.
-Que!? Porque lo
dejamos redactar a él su propio juicio revolucionario!?
-No se, legítima
defensa… Cuando lo dijo Scioli tenía sentido. Fidel se defendió a sí mism…
-Pero la defensa
es una cosa! A ver, el tipo estudio marketing en la UADE ! Que carajo le vas
a preguntar de legítima defensa!?
Entonces habló,
secuestrado y golpeado habló por unos 25 minutos. Cuando termino todos
estábamos más tranquilos, aunque no había dicho absolutamente nada. Una
sensación de paz, unidad y solidaridad nos invadió a aflojarle las ataduras y
ponernos a ver el último de Game of Thrones.
Curiosamente el
Dani (como insistió que lo llamemos) hizo una crítica muy certera al accionar
de ciertos personajes, alevoso, exagerado, escénico, decía. Igual lo banca a
muerte al enano, aunque dice que Petyr la ve más que todos los otros juntos.
Nos despedimos afectuosamente y prometimos repechaje, Daniel muy correcto
ofreció toda su colaboración, ayuda y lealtad para planear como asesinarlo.
Mientras tanto,
la izquierda eterna se relame, ve en esta posibilidad la ratificación de todas
sus profecías, Scioli 2015. Se viene el “Te lo dije”, el anuncio cíclico que
coincide con las crisis del capital, la alineación interplanetaria donde los
designios del trosco encuentran su asidero, tienen razón, es innegable, siempre
tienen razón. Está claro que es una razón estéril, una razón con la que Scioli
va a limpiarse cuidadosamente el culo mientras se dispone a gobernar el país.
La derecha
curiosamente coincide con la izquierda tradicional, Scioli es una opción
razonable, que siga el kirchnerismo sin su maldito populismo, que sigan ganando
las empresas, que se ajuste, en la “doxa” forma que quieran, pero que se ajuste
en fin. Scioli es un tipo serio, miralo, ahí está hablando de solidaridad,
trabajo y unidad, ¿acaso no estás de acuerdo con eso?
Para todo el
resto, el amplio resto, Scioli es un dolor en la patria, un insulto a la
coherencia, y sin embargo, ronda un posibilismo cual fantasma por estos lares,
un fantasma que se presenta como pragmatismo, huele a resignación y genera
ceguera.
Este fantasma va
dejando un convencimiento testarudo a su paso, de esas obstinaciones que temen
más escucharse a sí mismas que a otros, ese fantasma da clases de política
donde sea que pisa y saluda con la izquierda.
Todos nos reímos,
nadie va a secuestrar a Scioli. Nos faltan pelotas.