EZLN: Fragmentos de La Realidad I

por Subcomandante Insurgente Marcos



Porque a la muerte también se le puede derrotar con otro calendario y otra geografía. ¿Qué por qué digo que “también”? Ah, yo sé lo que digo. No me hagas caso ahorita. Tal vez otro día te explico… o lo miras.

Madrugada…  Deben ser como las 2 o las 3, vaya usted a saber.  Suena el silencio aquí en la realidad.  ¿Dije “suena el silencio”?  Pues sí, porque el silencio acá tiene su sonido propio, así como un aserrar de grillos, y luego otros al frente, más fuerte y en contra, otros siempre constantes, abajo.  No hay luz cerca.  Y ahora es la lluvia sumando su propio silencio.  De por sí ya es su tiempo de lluvia acá, pero no alcanza todavía para herir la tierra.  Apenas si la rasguña, como golpeando quedito.  Un arañazo aquí, algún charquito como no queriendo allá.  Como avisando.  Pero el sol, la calor, rápido lo repellan la tierra.  No es su tiempo del lodo.  No todavía.  Tiempo de sombra sí.  Bueno, de por sí siempre es su tiempo de sombra.  Donde quiera anda, no importa la hora.  Hasta cuando más fiero está el sol, por ahí anda la sombra, pegándose nomás a las paredes, árboles, piedras, gente.  Como si la luz más fuerza le diera.  Ah, pero en la noche… en la madrugada, ése es su mero tiempo de sombra.  Así como en el día te alivia, en la madrugada te despierta como diciéndote “tú dónde, tú qué”.  Y uno balbuceando las respuestas de la duerme-vela.  Hasta que ya claro puedes responder, responderte: “en la realidad”.

-*-

(…)

- Pues la mera verdad no sabría decirte.  Se supone que en la ciudad su costumbre, como quien dice que su modo, es que, cuando hay un difunto en la familia, pues los demás de la familia y amistades la visitan a la familia para hacerle saber que la apoyan en su dolor.  Le dicen “dar el pésame”, creo.  Sí, eso mero, como decirles que no están solos.

(…)

 - Bueno, lo que yo he alcanzado a leer es que la mayoría de las alumnas y alumnos de la escuelita dijeron que se sentían como en familia, que los habían tratado como familia.  Bueno, algunos dijeron que mejor que en su familia.  O sea que como quien dice hay de familias a familias, por ejemplo en…

(…)

 - Puede ser.  Sí, puede que alguna, alguno, sienta como quien dice la necesidad de venir a darle el pésame a la familia del finado Galeano o a los compas de aquí, o a los dos.

(…)

 - No está tan fácil, porque acá está muy retirado para ellos.  ¿Qué será, digamos que unas 7 horas desde San Cristóbal?  Ahí está, les queda lejos.  Y pues la muerte violenta no avisa, no tiene su calendario apartado ni su geografía marcada, sino que ahí nomás entra y se sienta, manque no la hayamos invitado.  Sí, como que entra tirando la puerta.

No es como la muerte de edad o de enfermedad, que como que poco a poquito mete una pata, luego la mano, y luego ahí se está en un rincón, esperando, hasta que se acomoda y dice “aquí yo mando”.  Ahí como que uno se prepara, se va haciendo a la idea pues.  Pero la muerte violenta no.  Ésa es como que te golpea, te tumba, te aturde, te da de patadas, te garrotea, te machetea, te balea, te mata, viene y te da un tiro en la cabeza y todavía se burla de ti.  Así hace.
Entonces, si tú haces como quien dice un plan de compartición, o una reunión, o como los cursos de la escuelita zapatista, pues dices tal día en tal lugar, y avisas con tiempo, y cada quien en su lugar hace también su plan, de su trabajo, de su estudio, de su familia, y se hace su viaje.  Y tú también, pues con tiempo preparas dónde vas a recibir, qué le vas a ofrecer.

Pero como la muerte violenta no avisa, pues ya no hay tiempo para preparar nada, ni el que llega ni el que recibe.  Y luego, ¿de qué van a hablar?  Si aunque se miran unos con otros, está el silencio con su sonido haciéndote que te calles, como si la muerte no sólo se hubiera llevado al difunto y también se te hubieran muerto las palabras.

Entonces pues está difícil que vengan, pero no porque no quieran, o no lo quieran al Galeano, o a los compas de La Realidad, no, sino porque no tienen modo.
Además, ¿dónde los vas a meter si este caracol está muy pequeño y rodeado otra vez de esos paramilitares?  ¿Y qué les vas a dar de comer?  ¿Y el baño si quieren ir a 25 o a 50 o bañarse porque lacalor o porque la lluvia?

(…)

 - Ah sí, viera que esas visitas lo traen su propia comida y su nailon para la lluvia, pues ya cambia un poco, pero no mucho, porque como ya lo explicó la promotora de salud, hay que cuidar como quien dice la higiene, o sea que como quien dice que no se haga el cochinero.  Porque luego hay gente que es muy sucia, que ni siquiera le atina, sobre todo los pinches hombres.  Porque nosotras como mujeres que somos…

¿Eh?  Sí, por las enfermedades.  Sí, como el cólera.  ¿Eh?  No, ésa es la cólera, el coraje, la rabia.

(…)

 - ¿Cómo?  No, las buenas visitas avisan antes, no se aparecen así de pronto.  Cuando una visita llega sin avisar le dicen, o decían, “gorrón”, o “gorrona”, según, que no sé por qué les decían así, o dicen, pero quiere decir que llegó y no es que lo invitaron sino que, como quien dice, se auto invitó.  Sí, la muerte es como un “gorrón”, o “gorrona”, según, como una visita que llega sin avisar, que no pide permiso.  Sí, ya sé que no es lo mismo, pero se me ocurrió.

(…)

 - Sí, creo que si les dices que tal día se puede, pues uno que otro, otra, llega, pero no todos llegan, unos cuantos sí.  De por sí.  Pero manque no lleguen todos, de por sí llegan aunque de otra forma.  Como “escuchas”, pero al revés-

Porque a la muerte también se le puede derrotar con otro calendario y otra geografía.  ¿Qué por qué digo que “también”?  Ah, yo sé lo que digo.  No me hagas caso ahorita.  Tal vez otro día te explico… o lo miras.

(…)

 - ¿Cómo cuántos?  Ni idea.  Pero creo que pueden ser varios, o varias, según, porque ahí veo que están levantando otra champa, y están barriendo, limpiando.  Sí, como si esperaran visitas.

(…)

 - ¿Cuándo mero?  Pues pregúntalo con el Emiliano o el Max o con SubMoi que ahí lo vi hablando con unajóvena de aquí.  Aunque luego iba con los comités.

(…)

 - ¿Yo?  Pues esperando.  Ya que lleguen a un acuerdo los comités de zona, seguro me dicen que escriba y pues escribo

(…)

¡Mira!… ¡Ahí!… donde está esa lucecita.  ¿Lo viste ese animalito qué raro es?  Sí, parece como un perro… o más bien un gato.  Sí, como un gato-perro.  Está raro, ¿no?

(…)

 - Sí, de por sí es rara la realidad.

-*-

Fragmento de la Hoja 4 del Reporte de Investigación sobre el asesinato del compañero Galeano.  Interrogación con la compañera S., zapatista, base de apoyo de La Realidad, edad 16 entrada en 17 años.  Fecha del 11 de mayo del 2014.
(OJO: el siguiente texto contiene palabras altisonantes que pueden herir la susceptibilidad de la realeza europea y aspirantes al trono.  -Aquí entre nos, nada que no se escuche en cualquier rincón del mundo de abajo-.  Va).
“Hoy es 11 de mayo de 2014.
(…)
Para eso aquí está presente una compañera que nos va a platicar de lo que dijeron, de lo que dijo más bien, porque es una persona, el otro no habló. Eso es lo que nos va a platicar la compañera. Platícanos, compañera.

Compañera S: Pues miren, compa Subcomandante Insurgente Moisés, le voy a platicar lo que me dijo ese asesino.

SCIM: ¿Cuándo fue que te dijo eso?

Compañera S: El día sábado.

SCIM: ¿El diez de mayo?

Compañera S: El diez de mayo.

SCIM: ¿Cómo a qué horas?

Compañera S: Por ahí a las 9.

SCIM: ¿Las 9 de la mañana?

Compañera S: Sí. Como a las 9 me dijo:

–Te haces mucho –me dijo, pero yo no le quise contestar.
Luego me dijo “párate”, y me paré.

–Escúchalo lo que te voy a decir –yo me paré.

SCIM: ¿Y cómo se llama ese hombre?

Compañeras Selena: Se llama R.

SCIM: R. Sí, síguele.

Compañera S: Me dijo “escucha lo que te voy a decir”, y yo lo escuché.

Me dijo:

–Disfrútalo tu Caracol. Ándalo en todas partes porque ése lo vamos a tomar muy pronto y ese Caracol va a ser muy pronto para nosotros. Hasta de gusto ahí voy a ir a parar mi casa cuando ya sea para nosotros, porque muy pronto lo vamos a tomar.

Yo le contesté:

–Pues si así, si se sienten hombre, como ustedes lo dicen que sí tienen esos verga y esos huevos, que vivo o muerto lo van a tomar el Caracol, ¿por qué no lo toman si de verdad que sí lo tienen los huevos?

Y él me dijo:

–Sí lo tengo los huevos y la verga, ¿lo quieres ver? ­–me dijo.

Ya yo lo contesté:

–Si lo quieres mostrar, muéstralo a tu madre –le dije yo.

Ya cuando él me dijo:

 –¿Estás muy enojada porque lo matamos tu marido?

Y le dije yo:

–Ese compañero no es nuestro marido. Ese compañero es un compañero de nosotros que lucha por nuestros pueblos, no lucha para recibir migajas del gobierno.

Y cuando se empezó a reír ahí con su compañero, cuando me dijo…

SCIM: ¿Cómo se llama su compañero?

Compañera S: M.

Cuando me dijo:

–El que lo vamos a tener en nuestras manos es el Raúl, el Jorge y el René. Ésos los vamos a tener en nuestras manos y los vamos a matar como lo matamos la peluda (Nota: “La peluda” es el nombre despectivo con que los paramilitares de la CIOAC-H se refieren al compañero Galeano).

Ya yo le dije pues si lo quieren hacer que lo hagan, y que lo intenten, pero que entren en el Caracol. Que no entren cuando no haya gente, como lo hicieron en la escuela, que entraron, pudieron porque no hay gente. Yo le dije: si de verdad son  hombres tomen el Caracol, y ahí se reían y me decían:

–Agradecé que no lo matamos tu papá.

SCIM:¿Así te dijo?

Compañera S: Sí.

–Que no matamos tu papá pero para la próxima.

Y yo le respondí:

– ¿Y por qué no lo mataron?

–Pues porque no lo vimos dónde estaba.

–Pues si lo van a hacer, háganlo. En el Caracol está ahí. Ahí está.
Fue cuando me dijo:

–¿Lo sabes quién lo mató la peluda?

Yo le respondí:

–¿Cómo lo voy a saber si no estaba yo cuando lo asesinaron nuestro compañero?

–Yo fui el que lo mató. Yo le di un balazo en la cabeza y se fue a la verga. Así lo vamos a hacer. Los vamos a tener en nuestras manos. Los que ya te dije así lo vamos a hacer. Pero ese lleva a todos su tiempo. ¿Sabes qué? Ya nos tienen hasta la madre –me dijo–, porque ya no es justo lo que hacen. Por eso nos tienen hasta la madre.
Pero yo le respondí:

–Nosotros somos que nos tienen hasta la madre lo que están haciendo. Y más cuando lo escuchamos que nuestro compañero, nosotras como compañeras lo vamos a ir a recoger el cuerpo. Ahí nos subieron un tanto más hasta la madre –y es donde se reía.

–Cómo no, si son todos sus maridos –así me dijo.

SCIM: Y eso de que se burlaba, que decía que ellos hacen, que lo hacen lo que dicen, ¿no? Porque mencionó algo así de Junta de Buen Gobierno, ¿no? ¿O no dijo eso de que…
(inaudible)

SCIM: Ajá.

Compañera S: Sólo dice:

–Nosotros si es que vamos a matar, lo vamos a quebrar de una vez. Ustedes son la Junta de Buen Gobierno, son buenos gobiernos, aunque les hagamos lo que les hagamos no nos van a hacer nada. ¿Por qué? Porque son buenos gobiernos.
Yo le dije:

–Sí, claro que somos buenos gobiernos, pero para tanto ya no lo somos –yo le dije así.

–¿Pero qué me van a hacer ustedes? Ni aunque lo sepan quién es mero el que mató no nos van a  hacer nada, porque ustedes son la Junta de Buen Gobierno que protegen a todos. Yo no temo –dice–. No temo pues, por eso te digo que yo lo maté.

Yo le respondí:

–Ojalá que así sea. Cuando el día que te toque ojalá que así te plantes de verga como te estás plantando conmigo.

–De por sí lo voy a hacer. ¿Pero cuándo? Ese día no va a llegar –dice–, porque ustedes son la Junta de Buen Gobierno, son buenos gobiernos y no nos van a hacer nada.

SCIM: ¿Algo más te acuerdas de todo lo que te dijo? Algo así de que se reía y se carcajeaba.

Compañera S: Sí se reía y su compañía se gritaba, no respondió.

SCIM: ¿El M no habló, sólo se reía?

Compañera S: No habló nada, sólo se reía. Ahí estaba el M, le picó la espalda para que ya no siga diciendo nada.

SCIM: Ah. ¿Le picó la espalda?

Compañera S: Sí, le picó la espalda y se empezaron a gritar. Me dijo:
–Mejor vete ya a donde te vas a ir a tu mandado –me dijo. No le respondí nada.

SCIM: Bueno, si te acuerdas al rato de lo que te haya dicho entonces le podemos seguir haciendo el trabajo. Esto para que así se va juntando la información, porque en este caso él mismo dijo.

Compañera S: Sí.

SCIM: Y él mismo salió a tapar. Y dices que entonces todavía te pregunta eso de que si sabías quién mató, quién asesinó al compañero Galeano. Y donde dice que es él que fue, ¿no?

Compañera S: Sí.

SCIM: Y dijo que le dio el tiro en la cabeza.

Compañera S: El tiro en la cabeza y de ahí se fue a la verga.

SCIM: Está bien, compañera. ¿Cuál es tu nombre en la lucha?

Compañera S: Yo me llamo S.

SCIM: ¿S?

Compañera S: Sí.

SCIM: Está bien, compañera. Eso es lo que queremos, esto, porque para que se vea que es directamente, porque tú eres de aquí, de La Realidad. ¿Cuál era tu trabajo que te fuiste en la compartición en Oventik?

Compañera S: Escucha.

(Nota: “escucha” es un cargo o trabajo o comisión que se les da a algunas compañeras y compañeros y consiste en que esa compa “escucha” lo que se dice en una compartición y luego lo cuenta en su pueblo, región y zona, para que así la “compartición” no queda sólo en quienes asisten, sino que llega a tod@s l@s zapatistas.  Es como el equivalente a “relator” o “relatora”.  Los compas seleccionan como “escuchas” a jóvenes que tienen buena memoria, entienden bien el español y se saben explicar en su lengua.  La compartición con el Congreso Nacional Indígena (CNI) tenía asignadas como “escuchas”, a decenas dejóvenas y jóvenes de las distintas zonas, pues el interés era que lo que dijeran nuestros compas de los pueblos originarios del CNI fuera conocido por todas las bases de apoyo zapatistas).

SCIM: Ah, sí, sí, sí. La que se iba a hacer después con el Congreso Nacional Indígena. Está bien. Pues sólo eso, compañera S. Gracias.
(inaudible)

SCIM: Ah, bueno. Y cuando hablaste a ese R., ¿está bolo o está en juicio?

Compañera S: No. Yo llegué así cerca pero no sentí el olor del trago. Y cuando yo llegué allá en su casa de L, él iba pasando ya por su casa. Me veía y se volteaba y se reía, y yo le veía con una cara de enojada.

SCIM: O sea, ¿podemos decir que sí en juicio lo dijo lo que dijo? Porque no está borracho pues.

Compañera S: No, no está borracho.

SCIM: Bien. Sólo eso, compañera. Gracias.

-*-

Otra madrugada.  Llega el Subcomandante Insurgente Moisés y me dice:

- Ya quedó ya.  El acuerdo es que la llegada es el día viernes 23 de mayo, el homenaje al compa Galeano el día sábado 24 de mayo, y el domingo 25 de mayo cada quien se regresa a su casa.  Las bases de apoyo pues.

¿Para los de afuera también? – le pregunto.

- Sí, pero a los de afuera les pones lo mismo que fue acuerdo para las bases de apoyo, o sea que tienen que traer su comida y su dónde duermen.

- ¿Y lo hago comunicado o carta o cómo?

- Ahí lo veas tú, pero que quede claro, de modo que no sean una carga para estos compas.  Vienen pues a apoyar, a dar su sentimiento con la familia del finado y los compas de aquí, no a que los atiendan.  O sea que no es fiesta.

Ah, y también les avisas que el día 24 de mayo, en todos los caracoles, las bases de apoyo también lo van a hacer un homenaje al compa Galeano.  Y que estaría bueno si ese día también hacen ellos algo en sus lugares, según su modo de cada quien y sus tiempos.

Y otra cosa.  Si vas a poner lo de la interrogación de la compañera, no pongas el nombre de esos cabrones, sólo la letra.  Porque no sabemos si es culpable de asesinato o sólo de andar de machito y hocicón que le quiere meter miedo a una muchachita.

Y ponle también que invitamos especialmente a las compañeras y compañeros de lo medios libres o alternativos o autónomos o como se diga, o sea los que no son de paga, que son de la Sexta, o sea que son nuestros compañeros y compañeras y que tienen su comisión de “escucha” en sus tierras.  Y que tal vez… así ponle o sea que “tal vez” vamos a dar una conferencia de prensa la Comandancia General del EZLN con los medios libres o como se diga, que están en la Sexta.  Digo “tal vez” porque luego no da tiempo por el trabajo y no hay que quedar mal.  Y que los medios de paga no están invitados, ni los vamos a recibir.

- ¿Y les mando la foto del finado?

- Sí, pero la de cuando está vivo, no la del cadáver.  Porque nosotros recordamos a los compañeros por lo que luchan en vida.

- Sale.  ¿Qué más?

Sólo que aquí estamos, pero creo ya lo saben, que estamos en la realidad.

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Vale. Salud y escucha.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, mayo del 2014.  En el año veinte del inicio de la guerra contra el olvido.