Linchamiento en curso
por Diego Valeriano
Una pasión triste es no hacer ningún esfuerzo por
entender. La verdad, no sé qué hacer frente a un linchamiento en curso. Tal vez
siga de largo porque estoy apurado y no quiero comerme el garrón del Sarmiento
en hora pico. Tal vez me meta a separar, tal vez mire un poco. He presenciado
varios robos y, en general, no me indigno; más bien siento cierta lastima por
la víctima, veo que todo esté bien y sigo. Siempre sigo, la idea es seguir y no
detenerse. Llegar para refugiarse. Llegar antes de que oscurezca, antes de que
se vaya el último bondi, antes de que cierre el chino. La ciudad es un collage
hostil y bizarro que nadie sabe explicarme. Hoy vi cómo se cagaban a
trompadas en Liniers uno que quería subir y otro que pugnaba por bajar. Entre
todos los separamos para que el tren arranque y podamos volver a casa.