Uruguay: marihuana for export
por Lucía Siola y Nicolás Marrero
(Partido Obrero)
La legalización de la comercialización y producción de marihuana bajo control
estatal, aprobada recientemente en Uruguay con los votos del Frente Amplio, ha
repercutido a nivel internacional. La revista The Economist seleccionó a
Uruguay como el mejor país del año por la aprobación de esta ley. El propio
Obama ahora anunció su acuerdo con la legalización de la producción de
cannabis.
Pero ¿de dónde surge la necesidad de esta ley? En Uruguay, el consumo
personal de marihuana es legal desde hace años. El principal argumento del
Frente Amplio es que la legalización ayuda al combate al narcotráfico. Sin
embargo, el gobierno es enemigo de eliminar el secreto bancario, por lo que
Uruguay continúa siendo un paraíso fiscal que convierte a la droga en dinero.
La regulación estatal permitirá la entrega de un
nuevo mercado a los grandes monopolios. Monsanto fue el primero en anotarse, pero en la lista ya hay varios
capitales, de Canadá y Holanda, interesados en invertir en la producción de
cannabis y en la exportación (Financial Times, 16/1). La legalización de la
marihuana engendra un negocio fenomenal. Queda desmentida la supuesta
estatización.
Libertades
Hay quienes defienden esta ley como un avance en las libertades
democráticas, por permitir el autocultivo y la venta legal. El artículo 3 los
contradice, porque estipula que se realizará un registro de todos aquellos que
consuman o que tengan plantas de autocultivo. También que todos aquellos que
superen los cánones establecidos por la ley (45 gramos mensuales) o no se
registren podrán ser penalizados. Como complemento, el gobierno aprobó una
nueva ley (que ha sido fuertemente cuestionada por organizaciones de derechos
humanos) que permite la internación compulsiva de adictos y un patrullaje de brigadas
especiales. La liberalización de la marihuana regimenta la libertad individual.
Lo que tampoco se dice es que la legalización de la
marihuana es una herramienta para embrutecer a la juventud y a la clase obrera
uruguaya. La “liberalización” de la marihuana busca servir a la contención
política de la juventud explotada mediante el embrutecimiento social.
Crítica socialista
El consumo de drogas resulta de una coacción, no de la libertad. Empuja
a ello la descomposición social del régimen capitalista. En estas condiciones
sociales, consumir drogas no responde a la decisión libre individual sino a las
condiciones impuestas. En cualquier caso, el consumo sistemático de drogas
profundiza la alienación, pues el individuo deja de reconocerse en su realidad
y no puede comprenderla.
Los socialistas nos oponemos a cualquier penalización de la juventud y
los trabajadores. La legalización de la marihuana y cualquier otro
estupefaciente opera como un mecanismo para reforzar la opresión capitalista
sobre los explotados. La lucha contra este embrutecimiento de las masas debe
ser una tarea primordial del movimiento obrero uruguayo.