Claudicar es jodido
por
Diego Valeriano
Del
vamos por todo al vamos a cuidar los precios. Claudicar
es jodido, porque –valga la paradoja- cuando se empieza es difícil detenerse.
También es un signo de debilidad. El vamos por todo molestaba, indignaba y
generaba temor porque era potente, prepotente, temerario. Ahora cuidamos los
precios.
Cuidar
los precios, llamar a no consumir, escrachar las casas de electrodomésticos nos
muestra que La Cámpora es una patrulla perdida sin rumbo alguno. ¿Cómo se va a
ir tan a contrapelo del ADN kirchnerista? Hay una anécdota que muestra a Néstor
exultante recorriendo los pasillos de la Rosada con un papel que mostraba la
evolución de la compra de aires acondicionado de los años 2003, 2004, 2005. ¡Ese
es el Nestornauta que queremos!
Fútbol Para Todos
pasó de mostrarnos en sus publicidades las grandes obras públicas en las
provincias a que dos nerds camporistas nos eduquen sobre cómo cuidar precios.
¿Tenés ese teléfono y mirás el precio de la leche? No seas ratón. Perdimos la
batalla cultural.
No
podemos permitir que el cristinismo nos llame a no ser voraces. Pongan a
Milani, cierren con el Club de París, hagamos lo que haya que hacer; pero por
favor no retrocedamos en lo que ganamos culturalmente. Quiero ser
prepotentemente consumidor, quiero acceder a lo que jamás antes pude y no
volver a la Manaos. Quiero vaciar las carnicerías, festejar los quince y salir
todos los fines de semana. Que la guita queme en la mano, mirar la minipimer
que nunca uso, hacer saltar el fusible de la calle porque tengo un aire en cada
pieza y que el barrio explote por los fuegos artificiales.
El
ajuste comienza cuando nos quieren convencer, cuando nos quieren enfriar. La
saturación y el calor deben ser la etapa superior del cristinismo, no otra. El
fuego que quema por dentro anuncia el principio de otras formas de libertad que
están en proceso. Decirle a alguien que cuide los precios es condenarlo a ser desechable,
racional, sustituible. Esta acción
desarticula, corrompe y destruye las relaciones entre los consumidos.
Borges,
plantea que el “mundo superior” debería supeditarse al “mundo inferior”. El
palacio, a la calle. Nadie puede hacer
política solo. Hay un modo de hacer, de gestar, de vivir mucho más rizomático
que las situaciones requieren. Los consumidores son el sostén auténtico del modelo,
porque encuentran a este proceso, que lleva una década, como el más fértil para
continuar la emancipación. No es momento de claudicar.