“Nunca nos van a poder aniquilar”. Entrevista al Subcomandante Marcos (en cuatro partes)
- Parte IV/IV -
En
esta cuarta parte de la entrevista hasta ahora inédita con el subcomandante
Marcos, el vocero del EZLN habla sobre las condiciones que llevan a los
indígenas mayas a tomar la decisión del levantamiento armado, de las tareas que
le corresponden a él como jefe militar subordinado a un órgano colegiado, de
las contradicciones de esta relación dentro de un ejército, de su decisión de
seguir armados luego de las conversaciones de Catedral con el gobierno de
México, de las reformas constitucionales y de la vía electoral como una forma
de lucha más, aunque los zapatistas, dijo desde marzo de 1994, jamás
participarían.
¿En
1992 qué se decide?
En 1992 vienen los
500 años. Ahí entra un elemento ideológico muy fuerte. El hecho de que los 500
años se empiecen a manejar en las comunidades no como del descubrimiento, sino
de la resistencia, hace que muchos de los compañeros, si no todos, empiecen a
retomar las luchas de resistencia anteriores y a plantear que hay que tomar el
ese ejemplo, el de los antepasados.
Pasa octubre del 92
ellos ya tienen el mando, y empieza el run run de que ya no
queremos seguir así, ya queremos empezar, ya basta. Y es cuando se organiza la
primera consulta, en 1992, con todo el ambiente de la celebración de los 500
años pero como resistencia, como protesta, con todo esto que se ha conocido.
Se hace la consulta
y se le pregunta a cada uno de los pueblos qué piensan, si ya es el momento o
no, pros y contras. La mayoría de los pueblos, ya apabullantemente, dicen que
sí, que ya es el momento. Ahí se llega el 93. En enero se juntan los comités y
ponen el plazo y ahí se decide, en el 92-93, ya no esperar, y es donde se
obliga al Ejército Zapatista a pasar de la autodefensa a la realidad de un
ejército, atacar y defenderse. En 1993, en enero, ponen el plazo: en este año o
nunca.
¿Y
cómo eligen la fecha, por qué el 31 de diciembre?
La fecha no se
elige. Ellos están discutiendo el levantamiento, algunos dicen que se ponga la
fecha ya, que ahí cuando están reunidos se diga a tal día y a tal hora nos
vamos a alzar. Otros dicen que no, porque a algunos se les va la lengua, y
toman trago o cometen indiscreciones, y entonces, si se va a saber tal día, lo
va a saber el enemigo y van a estar prevenidos, sobre todo los finqueros,
porque había que salir de aquí para atacar las ciudades.
Es ahí cuando me
dicen: vamos a dar un plazo en este año y tú escoge la fecha, entonces
prepárate y prepáranos para ese día. Y cuando tú consideres que ya estamos
listos, hay que lanzarse; nada más no te aceptamos que pase de este año, tiene
que ser a fuerza en este año, es el límite que te ponemos. Y me dejan la fecha
a mí.
Yo hablo con los de
la ciudad, también les digo, y dicen que sí, que está bien, que así va a ser, y
empezamos a trabajar en los preparativos, porque teníamos que cambiar a un
ejército que estaba formado para defenderse a un ejército que iba a atacar, y
es el problema más grande.
¿En
qué consiste el trabajo que se hace durante 1993?
Primero en congelar
los movimientos, porque ya había muchos rumores de que iba a empezar la guerra.
Cancelamos movilizaciones, entrenamientos, todo lo que hiciera pensar al
enemigo que algo se estaba preparando. Toda nuestra estrategia en ese entonces
apuntó a aparentar que ya no iba a haber nada, que ya se había muerto todo el
movimiento, que se había abandonado lo de la lucha armada. Tuvimos que hacer
muy detallados todos los planes de salida, de rutas, de agrupamientos de
unidades, de señalamiento de objetivos, de entrada y de salida, de líneas de
repliegue, si salía mal qué iba a pasar, los escalones de mando había que
especificarlos lo más posible porque era una guerra, y te podían matar o no. A
eso nos dedicamos.
El
otro día mencionábamos que un ejército es una estructura muy antidemocrática,
de las más antidemocráticas que existen, ¿cómo es posible que formaran…?
Después del PRI,
sí.
¿…
un mando colectivo en un ejército, si es que es verdad que existe así?
Sí, para cuestiones
políticas y estratégicas sí. Esa fue una imposición de la forma de pensar de
las comunidades al Ejército Zapatista. El Ejército Zapatista no nace con esa
perspectiva. Nace como un ejército, con un mando unitario, y de ahí se genera
todo, pero la convivencia con las comunidades contamina con esa forma
democrática, y es esa forma democrática la que lo hace crecer, hasta el grado
de dominar grandes territorios y grandes contingentes.
¿Cuál
es el año o la etapa del movimiento donde se junta más gente, donde hay un
mayor auge del movimiento? En el que pasa lo del artículo 27, en el 91-92…
En el 92 es cuando
más crecemos. Más que en 93, porque en 93 detenemos todo, dejamos de hablar con
gente y todo para que no se filtrara la noticia de que iba a empezar la guerra.
Dejamos de reclutar y de hablar con más poblados y regiones.
Pero
se dijo mucho, después del 1 de enero, que el gobierno estaba enterado de ese
día iba a haber un levantamiento y que no hizo nada por lo mismo.
No, no es cierto.
Había muchos rumores de que ese año iba a pasar algo, y se apostaba a las
fechas del 12 de octubre, 20 de noviembre y 15 de septiembre, que los que se
iban a alzar en Chiapas escogerían alguno de esos días, pero que iba a ser un
alzamiento muy local, probablemente sobre Ocosingo, porque era la Selva
Lacandona nada más, pero pasado el 20 de noviembre… es que uno ve lo que quiere
ver, Gloria. El gobierno quería ver que ya no iba a pasar nada.
Me
parece increíble que un movimiento así pase desapercibido ¿Cómo se oculta la
estructura y una organización de ese tamaño?
Pues yo sí lo
entiendo, te digo, como psicólogo que fui, que el gobierno no lo haya sabido,
que no se haya dado cuenta, y más entiendo que el país no se haya dado cuenta,
porque te digo que esas condiciones de vida existían y el país las ignoraba.
El gobierno sabía
que ya estábamos en mayo del 93. Nosotros sabemos, según nuestros servicios de
inteligencia, que el gobierno planeaba una ofensiva para enero en contra
nuestra, pero lo iba a manejar como narcotráfico. Lo más seguro es que esos
planes se hayan quedado en el escritorio de Salinas, pero sí iban a limpiar la
selva ya.
Una
vez que ya hubiera firmado…
Que ya hubiera
entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio, exactamente. Tenemos entendido
por informes de soldados que desertaron, que en los primeros días de enero iban
a salir con unos federales a peinar la selva, pero ya
chingando gente, ya no como entrenamiento.
Tú
decías que todos están de acuerdo con que las armas no las van a dejar, aun
cuando vean que les están cumpliendo los famosos compromisos por la paz, que no
se trata de escuelas y hospitales. Eso habla de un ejército para muchos años,
así como tal, y ¿dónde está eso de los soldados que son soldados para que ya no
haya soldados?
Es que los
compañeros dicen –y yo pienso igual que ellos- que la resolución de las
condiciones de vida no basta; que no basta con que tengas la tierra, el trabajo
o la casa, una educación, unos hospitales o unas escuelas, porque si no cambia
algo más arriba, eso puede volver a desaparecer, o ser un espejismo.
¿Por
qué se trató ese punto en el diálogo de San Cristóbal como no resolutivo?
Todos los puntos
fueron no resolutivos.
Se
habló de 32 resolutivos…
No, ahí lo que fue
claro es que el gobierno tenía que negarse a hablar de su renuncia en la mesa
de San Cristóbal, pues no podía ser que “te mando a Camacho para que discutas
cómo voy a renunciar”. En ese sentido, era una fórmula absurda de quitarse el
problema, por eso el primer día él (Camacho Solís) declara que no hay agenda
nacional y nosotros declaramos que sí hay agenda nacional. Él insiste en que
son 32 resoluciones, nosotros insistimos en que no hay ni una sóla resolución,
sino que hay 32 respuestas a 34 preguntas y demandas.
Lo que nosotros
queremos realmente es que sí haya un cambio democrático, ¿cómo explicarte? si
las diferencias las puedes resolver de otra forma, ¿para qué quieres un
ejército? Si una propuesta política o económica se puede mantener en este país
por el puro peso del consenso que tiene, sin necesidad de una fuerza armada que
la mantenga o se le oponga, ¿para qué vas a necesitar ejército?
¿Qué
es lo que esperan ustedes? ¿Una mala jugada, por dónde?
¿Una traición?
Sí.
¿Están pendientes de una traición, un aniquilamiento…
¿Aniquilar?, nunca
nos van a poder aniquilar.
Se
ve mucha desconfianza en los pueblos…
Es que hoy viste a
la élite de la selva, gente muy toreada, muy lampareada.
De
esos que platicabas que iban a dejar las peticiones a las secretarías.
Sí, que los traían
dando vuelta y vuelta y vuelta, y se regresaban con su…
Sí,
lo entiendo, pero yo hablo de la desconfianza que hay… de lo que a mí me dice
que hay ejército de ustedes para rato. Es decir, parece que no hay algo que
diga bueno, chido, hasta aquí.
¿O sea, tú creíste
que, en efecto, la paz era cuestión de una firma?
Bueno,
eso es lo que plantearon, pero aquí se me hizo más claro que va para largo, al
menos de este lado, que no hay ninguna intención de soltar el arma hasta dentro
de mucho tiempo, o hablaban de que nunca, de que aunque les cumplan no las van
a dejar, porque si no, los vuelven a dejar como estaban. Es muy duro…
Cuando salgas de
aquí te vas a dar cuenta de lo que está pasando afuera, y ahí vas a entender.
Sí,
también de acuerdo, voy a salir empapada de aquí…
No, pero vas a salir,
y te vas a enterar de cómo están los finqueros, los coletos, y varios sectores
de las fuerzas vivas del país armándose.
De
hecho cuando entramos aquí ya estaba…
No, pero ahorita
está peor. A ver si mañana te paso unos periódicos que me trajeron. Los están
armando fuerte, ya no se ocultan. Es público que se reúnen para conspirar, hay
amenazas de muerte, pedradas a la Catedral, anónimos, reuniones en San
Cristóbal, Altamirano, Ocosingo, Margaritas, Comitán, Tuxtla.
¿O
sea que ya no va a depender tanto del gobierno, sino de los que se ven
afectados?
Sí. Ya se lo dije a
Camacho (Solís). Le dije: usted no está tomando en cuenta al tercer ejército,
no al de los reporteros, sino al verdadero tercer ejército, que siempre fue el
segundo ejército y ustedes lo sabían, sabían que aparte del ejército federal
estaba el ejército de las guardias blancas, porque ustedes lo armaron y lo
entrenaron. Él sabe que lo armaron y lo entrenaron. Entonces, aunque Godínez o
Rivielo estén de acuerdo en un acuerdo de paz, esa gente no, porque es la más
atrasada, la más reaccionaria que hay en el país, y es muy agresiva. Pregúntale
a los de la caravana Ricardo Pozas, pero además pregúntale a los compañeros
cuántas veces los…
Yo
iba caminando cuando…
¿Ah, tú ibas
caminando? Cuando los agarraban a latigazos o a fuetazos, los torturaban, los
mataban, y todo eso los finqueros, sin que nadie hiciera nada, ni una
autoridad, ni un ministerio público ni nada, solamente con las manos cruzadas,
como estaban con las manos cruzadas los oficiales militares y judiciales ese
día en Altamirano.
Mucho
se ha hablado del problema de la tierra y en las consultas en los pueblos lo
están tocando, pero ¿de dónde se va a sacar más país, más tierra? ¿Se les va a
quitar a quiénes, y se va a repartir o qué se va a hacer?
No, pues los
compañeros son más claros. Cuando ellos hablan de tierra, están hablando del
alimento que se produce, y dicen: bueno, si a mí no me dan un pedazo de tierra
pero me dan un tractor, fertilizantes, cosas, para que este pedazo que sí tengo
produzca, pues para qué voy a necesitar más. Ahorita, como están sembrando,
obtienen media tonelada por hectárea; en otras partes de México se obtienen
ocho toneladas por hectárea. Entonces, este campesino de aquí necesita 16
hectáreas de extensión de tierra para producir lo que otro campesino en otro
lado del país produce en una hectárea. Si se les dieran créditos, insumos,
asesoría, todo eso… si hubiera otro gobierno pues, punto. El problema de la paz
es justo ése: que lo está ofreciendo el gobierno que hizo todo lo que hizo y
que te engañó a ti, a tus lectores y a todo el país diciendo que nada de esto
ocurría, que todo era bueno y que había que entrar al primer mundo y que, en
todo caso, los problemas eran de otro tipo. Y ese es el mismo gobierno que le
dice a los compañeros: en tres meses te voy a cumplir todo. ¡Pues no le puedes
creer!
¿Ni
tampoco darle oportunidad?
Eso es lo que van a
decidir. Pero la oportunidad ¿de cuánto es, de tres meses?
En
tres meses se les da una propuesta, ¿no?
En tres meses
responden.
En
tres meses no se va a resolver la bronca, pero en tres meses se da una
respuesta concreta, ¿no? Un programa…
Mmmmhhh. más papel.
Entonces,
¿qué sería lo ideal? ¿Un cambio de sistema?
Sí,
definitivamente.
El
otro día, ayer, te pregunta otra periodista, una de Guerrero, que si eso no
sonaba medio utópico, pero bueno, sin utilizar la palabra ¿podrá ser un
objetivo alcanzable?
¿Tumbar al
gobierno? ¡Uta, cómo no! Yo lo que pienso es que lo que será difícil es que sea
con las armas. No puede ser que una sóla forma de lucha produzca un efecto de
este tamaño.
En
ese sentido, como tú decías, hablamos también del triunfo político y de la
aceptación que tuvo el movimiento en muchas partes del país que estaban igual,
y en otras que no estaban igual pero en las que también tuvieron aceptación. ¿A
eso te refieres, a la presión que puedan ejercer otros grupos?
Sí, y otras formas
de lucha, entre otras, la electoral.
Se
habla mucho de la crisis de los partidos políticos, de que esto vino a demostrar
que ninguno estaba funcionando, porque de lo contrario se hubiera canalizado la
lucha por ahí… ¿Qué opinas?
Yo pienso que sí,
pero es difícil reprocharles eso a los partidos políticos. ¿Quién, con qué
autoridad moral, le va a reprochar a los políticos no haber previsto lo que
nadie previó, un primero de enero de 1994? Nadie lo previó, ni los medios,
ni Punto, ni nadie pensó que eso iba a pasar.
Ahora le estaba
reclamando a una reportera del periódico: tú estuviste el primero de enero y
nomás me hiciste dos preguntas. Me dice, pues es que no nos esperábamos nada,
los vimos pero cómo vamos a creer que está pasando lo que está pasando, hasta
después nos dimos cuenta de qué tamaño eran.
No sólo los
partidos fueron rebasados, fue el país el que fue rebasado, los medios de
comunicación, la sociedad civil, todo mundo, por esa situación explosiva que
truena el primero de enero. Y ahí yo pienso que es más rápida la sociedad civil
en adaptarse y en tomar la iniciativa otra vez, que los partidos políticos.
Me imagino que para
los partidos políticos fue más difícil salir de la inercia que llevaban.
Pero
de todas formas, como tú decías, el cambio tendría también que venir por la
lucha electoral, a través de los partidos.
No sólo por la
lucha electoral, pero también por ella.
Una
sería la lucha armada, la otra la electoral, ¿cuál o cuáles son las otras?
Las
manifestaciones, las huelgas las protestas, la falta de control o la
ingobernabilidad del país para un partido, en este caso el partido en el poder,
que si se agota finalmente como opción gobernable tiene que cederle a otro, a
riesgo de que se quiera mantener en el poder y lleve al país ahora sí al caos,
a la guerra civil, no a la guerra de un ejército contra otro, el zapatista
contra el federal, sino a una guerra de todos contra todos y que cada quien se
agarre como pueda.
Y
este tumbar al gobierno por la vía o las vías que sean, es un proceso largo,
¿no?
No, ¿por qué?
Digo,
por la vía de las manifestaciones, si…
Es que todo tiene
su momento. La lucha armada a lo mejor ya cumplió su momento, ya provocó una
serie de situaciones que se tienen que aprovechar de otra forma, para abrir
otro espacio, para que esto ocurra.
Pero lo que ocurre
es que si tal partido gana las elecciones, ¿con qué credibilidad las va a
ganar? La enseñanza o la lección que dejó el EZLN es que se puede ser ejército
y alzarse y exigir la justicia sin necesidad de asesores o financiamiento
externo.
Marcos,
¿qué va a pasar con este país? Decíamos el otro día, independientemente de lo
que pase estos próximos meses o el próximo año con el Ejército Zapatista y su
lucha, ya le dieron en la torre a muchas de las estructuras, partidos,
instituciones en general…
El sistema tiene
muchos recursos para rehacerse. Por ejemplo, si las cosas quedaran así como
están el día de hoy, se puede recuperar rápidamente. Igual decían que después
del terremoto de 85 no se iba a recuperar, o que después del fraude de 1988 no
se iba a recuperar, y se rehízo otra vez.
Si no pasa algo
más, el sistema se puede rehacer y esto pude quedar sólo como un trago amargo.
El
proyecto económico salinista no va solo, sino que va inserto en un proceso que
le llaman globalización, ¿no?
El reparto del
pastel.
¿Cuál
sería la alternativa?
Ese proyecto
económico está basado en una falsa premisa, que dice que hay control político.
Esa fue la apuesta del nuevo orden económico internacional en México: que
México podía sostener el control político al costo social que fuera. Ahora eso
ya no existe, por supuesto.
Tendría que haber
un cambio político radical, y que la propuesta económica se decidiera también a
ese nivel. Yo pienso que sí es posible entrar en términos de igualdad
económica, o de equilibrio económico, con otros países, sin necesidad de vender
la soberanía.
No puedes sacrificar
una parte de tu nación, eres un país, no la puedes sacrificar para cumplir los
requisitos de ese ingreso. Tú no puedes entrar a esa escuela que ves ahí y
dejar tu pie afuera. O entra todo tu cuerpo o no entras. Dices, bueno, con tal
de entrar voy a perder mi mano o mi pie, pero no lo vas a hacer, y eso es lo
que está haciendo este país. Para poder entrar a ese nuevo orden internacional
está perdiendo al sureste, y ya no hablo nada más de Chiapas.
Entonces, se trata
de aceptar al país como es completamente, con sus carencias y sus pobrezas, y
aceptar que ése es su nivel económico real, y que su riqueza es la de su región
más pobre, y en esos términos entrar en una relación económica, sólo así es
posible. A riesgo de que entonces digan, pues fragméntenlo, y que paguen lo que
ahora están pagando en Yugoslavia.
Algo hay podrido en
ese proceso de integración económica, hay algo falso en la premisa que no
checa, que es una mentira pues, y que produce eso en el campo político. No es
posible el proceso de integración económica mundial más que en los términos de
dominador y dominado. No hay integración, hay subordinación, hay un pez grande
que se come al chico. En ese reparto voraz está lo que estabas esperando, la
Tercera Guerra Mundial, nada más que sin la fastuosidad militar de la Segunda
Guerra Mundial. O a lo mejor ya es la Cuarta Guerra Mundial, ve tú a saber.
Pero ¿por qué se produce eso en la ex Unión Soviética o en Yugoslavia, incluso
en Alemania, que se supone que se une formalmente y luego se fragmenta en el
pasado? El regreso al fascismo, la xenofobia.
Ustedes
no van a dejar las armas pero ya están ubicados. Todos los días vuelan los
aviones y los tienen más que ubicados, por lo menos en las comunidades. ¿Cuál
va a ser el futuro y la estrategia del Ejército Zapatista. dando por hecho que
no se van a cumplir las demandas tan fácilmente?
El futuro de este
ejército es el triunfo.
¿Y
la estrategia para permanecer y alcanza el triunfo?
Ganar, ganar,
ganar. Tú nos ves muchas limitaciones, ¿verdad?
Hay una regla
militar que dice: nunca muestres todas tus fuerzas ni todas tus posiciones,
pero siempre, las que muestres, muéstralas como si fueran todas las que tienes.
¿Entiendes?
Esto lo puedes
poner en tu artículo sin ningún problema. Estás viendo la punta de un iceberg.
Los aviones ven la punta de un iceberg, los soldados en mayo del 93 vieron la
punta de un iceberg, y este país, el primero de enero de 1994, vio la punta de
un iceberg. Hermoso, eso sí, pero es apenas la punta de algo muy grande que hay
abajo. Muy, muy grande.
¿Y
que hay atrás de esto?
Mucha gente, mucho
dolor, mucha rebeldía, muchas ganas de hacer muchas cosas, mucho terreno lejos
de aviones, de helicópteros, de satélites, de mapas y de planes militares.
¿Hay
Ejército Zapatista para rato?
Sí hay, y ojalá que
no fuera necesario. Ojalá que pasaran otras cosas, que otras fuerzas se
movieran, que otros movimientos actuaran para que no fuera necesario que esta
gente tuviera que dar lecciones. Ojalá que el país haya aprendido con lo que
pasó. Pero si no, ellos están decididos a seguir dando clases.
Marcos,
¿por qué se ha visto tan involucrada la iglesia en este conflicto?
Por el cese al
fuego. De veras, no lo vas a creer.
Pero
desde hace tiempo se le involucró…
No, pero ahora se
insiste mucho por el cese al fuego. El cese al fuego detiene también nuestra
ofensiva y entonces aparecen también los municipios que están dentro de la
Diócesis de San Cristóbal. Si el cese al fuego se hubiera dado después, hubiera
parecido que no estaba nada más la Diócesis de San Cristóbal, sino también la
de Tapachula y la de Tuxtla Gutiérrez.
No,
pero desde noviembre del 93 se hablaba incluso de la remoción de don Samuel, y
después en enero se vinculó el intento de remoción precisamente con su
influencia o no dentro de la organización zapatista.
En realidad al
principio no se manejó lo de la iglesia, lo más fuerte fue que éramos
extranjeros que pretendemos desestabilizar al país, profesionales de la
violencia, todo eso que se dijo. Luego esto no checa y se van sobre lo que
puede tener más trasfondo o puede ser más capitalizable políticamente: el papel
de la iglesia. En otros lugares donde hay fuerza zapatista no alcanzaron a
manifestarse. Te digo, sólo debes mostrar la fuerza necesaria en el momento
preciso y en la dirección precisa.
La
iglesia también tenía un trabajo pastoral dentro de las comunidades, con una
idea progresista. ¿No fue aprovechada también?
No, ahí sí que no.
Fue al revés: la iglesia siempre insistió en que no, que este proyecto era
absurdo, era loco, era de muerte, y todo eso.
Como se puede ver,
el Estado mexicano evidentemente olvidó esta parte del país en muchos sentidos,
no sólo en el sentido de inteligencia militar, de no darse cuenta de lo que
estaba pasando –o si se estaba dando cuenta, de ignorarlo o de no darle su
justa dimensión. Si tú hubieras sido maestra aquí, y hubieras asistido a clases
y hubieras tenido buen sueldo para asistir y para que no los dejaras solos, con
el puro cascarón de la escuela como ese en el que estás durmiendo, y ocurre un
primero de enero, iban a decir que los maestros fueron los que provocaron eso.
Pero como no había maestros, quien enseña a leer y escribir, a relacionarse con
el mundo exterior, es la iglesia católica.
Entonces, en ese
sentido dicen: la iglesia católica es culpable. ¿De qué? De haberles enseñado a
leer y escribir, de darse cuenta de que hay otro mundo al que pueden aspirar,
que no es éste el único mundo posible, y por eso se le acusa de haber
propiciado el levantamiento. Es absurdo que en estas condiciones de vida si
alguien se da cuenta de que puede cambiarlas y empieza a tomar decisiones,
entonces la pregunta sea, pues quién le abrió los ojos. El culpable es el que
le abrió los ojos, no el que los tuvo en la miseria y los estuvo asesinando
tanto tiempo. Ese es absuelto, pero el que les abre los ojos y les dice que es
posible otra vida, ese es el culpable. Pero además, la iglesia les dice que es
posible otra vida pero tiene que ser por otro medio, que no es la lucha armada.
Les dice siempre eso y se los repite todavía. Les dice que no, que de plano no
comparte el camino, que está en contra, que sí hay que cambiar la situación,
que son justas las casus, pero que no es camino morir de esta forma, matando
para cambiar las cosas.
Esto
se contrapone mucho con la iglesia neoliberal del centro y su relación con el
gobierno de Salinas
El Estado mexicano
tiene que buscar aliados, en este caso la iglesia es una sociedad en sí y tiene
sus sectores que se acercan más a la opción de los pobres, como dicen ellos, o
la opción de los ricos, como no dicen pero sí hacen.
Evidentemente, el
Estado tiene un proyecto económico y tiene que buscar aliados para ese
proyecto, y lo más seguro es que sí haya encontrado en sectores de la iglesia a
esos aliados, y esas reformas a la Constitución hayan sido encaminadas no a
normalizar sus relaciones con la iglesia en general, sino a determinada
iglesia, la que esté de acuerdo con su proyecto económico; y favorecer el
ajuste de cuentas interno en la iglesia con las piedras, los estorbos que
impidan suscribir el proyecto económico de Salinas, o el neoliberal, para no
hablar nada más de Salinas, sino del grupo ese de la “generación del cambio”.
Han
sido estas tres reformas, la de la Iglesia, la del artículo 27, la del tercero
y la reforma electoral las más importantes. En la reforma electoral se habló
mucho de avances, incompletos pero avances. ¿Ustedes reconocen avances en esa
reforma del COFIPE?
No, ninguno. Es
absurdo. Cancelaron todas las posibilidades de alianza, fragmentaron más la
oposición.
¿Esa
es la mayor limitación que le ves a la reforma?
No, yo le veo más,
que se siga dejando en el poder de un Estado como el mexicano, ser juez y parte
en las sanciones del proceso electoral, él decide si es válido o no y quién
ganó y quién perdió un proceso electoral. Se está autocalificando, pues.
Has
dicho hasta el cansancio que ustedes no quieren el poder, pero dices también
que la vía electoral puede ser una vía de lucha para el cambio… ¿No es
contradictorio?
No, porque nosotros
no vamos a participar en las elecciones.
¿Eso
es definitivo?
Sí, nosotros, ¿qué
vamos a hacer en las elecciones? Va a competir un pasamontañas contra quién.
No, nosotros no le entramos.
Fin