Guachines de mercado
por Diego Valeriano
Un día como el de
hoy no hay dudas que el termómetro miente en Sol y Verde. 36 es muy poco. Tiene
que hacer mucho más. ¿Dónde están todos? Los días como este, el tren llega
solamente hasta José C Paz por que las vías se dilatan. Cuando la temperatura
trepa, el tramo que está justo frente al destacamento de Frino se expande de
manera asombrosa. Los rieles se hacen agua.
Los guachines a
los que el calor no achicharra, revolotean la zona esperando que descarrile un
tren que no llegó a ser avisado. Esperan mientras juegan. Practican una
paciencia muy inquieta. Tienen la disciplina del oportunista débil. Los pastos
crujen, los perros se revuelcan implorando y el tren no llega. Suben a la vía
mirando para José C Paz. El horizonte bien cercano se mueve y confunde. ¿Solo
36 grados?
-por ahí descarrila uno de carga.
-el otro día me dijo mi hermano que descarrilo uno repleto de harina.
Los guachines son
como palometas, chiquititos y voraces. Te enteras que están cuando ya
atacaron. Brotan en el calor de la abundancia periférica. Pero comen la
carroña de la fiesta. Huelen donde está la plata, pero aun no pueden
disputar certeramente ningún negocio, así que agudizan su olfato. Rascan
oportunidades que los demás no vieron. Atacan cuando el número les favorece.
-que descarrile uno con LEDs.
-o con motos.
Son guachines de
mercado. Son una muy pequeña unidad de negocios que persigue el itinerario de
la plata y el consumo. Nueva máquina de guerra que hace estallar por el
aire las preliminares definiciones. Utilizan su ingenua belleza para protegerse
de los transas y los gendarmes. Los killers los desprecian y los usan para
hacer mandados. Ellos pacientes observan. Van a la escuela, al club y salen a
cazar con la gomera. Saben quién vende qué y a qué precio.
-la otra vez descarrilo uno con caballos
-¿no era el del circo que fue a pilar?
Matan y mueren en
el Counter hasta que la mamá de alguno los viene a buscar o el del ciber los
echa. Buscan novias porque es lo que corresponde. Juegan al allanamiento y
cuidan a sus hermanitos.
-¿y si descarrila un Pilar?
-le caemos a algún cheto.
-¿y si se va a la mierda uno que lleva esos cosas de fierro?
Nadie responde
porque aparece la dilatada imagen de un tren. Se lo ve tomando la curva. El
tren se acerca. El corazón se acelera. Disminuye la velocidad a la altura
del destacamento. La expectativa es enorme, es uno de pasajeros. Pasa
lentamente sin problemas. Los guachines observan con bronca. Arremeten a
piedrazos contra la locomotora y los primeros vagones. Rompen un vidrio y
festejan exultantes. Se ríen y discuten cual fue el que realmente lo rompió.
De la exaltación
al aburrimiento en pocos minutos. El calor debe rondar los 40 grados. Todo está
caliente. Alguien propone ir a colar a la quinta de los alemanes que tiene
pileta. Comienzan a fumar, solo ellos pueden físicamente resistir este calor.
Se sientan a esperar otro tren, otra oportunidad de algo. Escuchan la sirena,
sus caras se iluminan. Comienzan a correr cuando aparece el patrullero.