Entrevista a Facundo Moyano: “Cristina quiso correr del escenario político al movimiento obrero”


Es diputado, tiene 28 años y un estilo que contrasta con el viejo sindicalismo, incluso el de su familia. Se viste, por ejemplo, de camisa y jeans apretados. Es el secretario del sindicato de peajes, que no existía antes de su liderazgo, y tiene su propia agrupación: la Juventud Sindical. Critica a La Cámpora, el brazo juvenil del oficialismo que viene ganando un lugar importante en la gestión estatal, y dice que la juventud no se puede limitar a “agachar la cabeza y aplaudir”.
¿Cómo ves el movimiento sindical hoy en la región? En Chile, por ejemplo, nadie pensaría en armar una plataforma política a partir de un sindicato. 

Creo que tiene que ver con la pérdida de protagonismo que tuvo la clase trabajadora en la política. Por ahí no tengo demasiado conocimiento sobre como se desarrolla la cuestión sindical en otros países de Latinoamérica, si lo tengo muy claro en Argentina. Sé que en la Argentina hay una impronta sindical muy fuerte, más allá de que en los últimos años ha perdido también un poco de influencia.

Crees que han perdido influencia, pero armaste un sindicato antes de lanzarte en política, antes de ser candidato. 

Cuando digo la política me refiero a decisiones en las que la CGT [Confederación General del Trabajo], o el movimiento obrero, termina teniendo una influencia decisiva. Por ejemplo, el gobierno toma decisiones con respecto a la política salarial, como en el caso del salario mínimo, unilateralmente, no hay participación de los sindicatos. El oficialismo toma la decisión de correr del escenario político al movimiento obrero. Ante esa situación el movimiento obrero reclama. Lo que no se pierde es ese reclamo, aunque si la incidencia. Y el nivel de sindicalización sigue siendo importante.

¿Crees que el gobierno y Cristina Fernández continúan siendo fuertes a pesar de las denuncias y de las marchas que se vienen haciendo? 

Sí. El kirchnerismo, más allá de las diferencias que se puedan tener, ha tenido la habilidad de construir un discurso al que adhiere mucha gente. Un discurso en base a cuestiones concretas, que fueron las que nos llevaron a apoyar durante mucho tiempo este proceso político. Y después muchas cuestiones que a nuestro entender están muy distantes de la realidad, y es por eso que hemos tenido una posición de oposición a muchas medidas que se toman o cosas que se dicen. Pero más allá de eso hay un sector importante de la sociedad, un tercio o un poco más, que adhiere y creo que eso es un mérito del gobierno.

¿Qué es lo que más admiras y lo que más odias de tu padre?

No, odiar, no.

Bueno, lo que menos te gusta.

La coherencia sindical es algo que yo admiro mucho. Si miramos a los dirigentes sindicales en la Argentina no vamos a encontrar otro dirigente que haya tenido la coherencia en la defensa de los intereses de los trabajadores que tiene Hugo Moyano. Y cosas que no me gusten. Bueno últimamente hemos tenido algunas diferencias, pero en las cuestiones tácticas más que nada, alianzas electorales.

¿Y en cuestiones de fondo?, ¿de cómo se maneja, de lo que hace, de lo que ha hecho?

Son críticas que le hago al sindicalismo. Hoy me encuentro con una postura muy amplia y muy abierta de mi padre con respecto al modelo sindical.

¿Cuáles son las críticas más fuertes que le haces al sindicalismo tradicional?

Hay estatutos sindicales que son restrictivos, que les permite perpetuarse a dirigentes burocratizados que se han dedicado a engordar sus bolsillos y poco han hecho por los trabajadores. Vemos dirigentes que hace 20 o 40 años que están atornillados en sus sillas de secretarios generales y han hecho poco y nada por los trabajadores. Al contrario, los han vendido, los han entregado, lo que les ha significado pérdidas enormes en términos de conquistas y derechos a los trabajadores y siguen ahí, siguen con sus estatutos sin modificarse, y no permiten la participación de otras listas. Esas son críticas que hemos hecho siempre y que sabemos que tenemos que cambiar.

Hay algunos medios que te presentan como si fueras un apéndice de tu padre, pero que habla mejor y se viste mucho mejor. ¿Cuántas diferencias ves?

Hay diferencias que son naturales, yo no me voy a vestir como mi viejo, pero no por una cuestión de diferenciarme, sino porque mi viejo tiene 70 años y yo tengo 28. Mi viejo no va a usar los jeans que uso yo, porque sería un viejo ridículo.

Si, pero incluso con tus hermanos hay diferencias y no tienes una diferencia de edad tan grande.
Si, hay diferencia de estilos, por ahí otra crianza. Quizás también diferentes edades, diferentes circunstancias en las que nos formamos, diferentes gremios que representamos. Yo creo que son diferencias de estilo, el fondo lo compartimos.

LA CÁMPORA

La Cámpora es la principal agrupación de la juventud kirchnerista. Se empezó a formar en los primeros años del kircherismo, pero ganó visibilidad durante el gobierno de Cristina Fernández. Desde entonces fueron ocupando lugares de poder. El último gran acto al que asistió el ex presidente Néstor Kirchner antes de morir fue organizado por la Cámpora: “La juventud le habla a Néstor, Néstor le habla a la juventud,”. Ahí estuvo la Juventud Sindical. Hoy La Cámpora dirige Aerolíneas Argentinas y la agencia de noticias oficial Télam, tienen ocho diputados y varios cargos en distintos ministerios.

¿Ves a La Cámpora como un recambio generacional?

Lo que pasa es que el recambio generacional tiene que venir acompañado con nuevas ideas, con prácticas diferentes. Nosotros tenemos una visión diferente con este discurso sobre la juventud, y que la juventud en la política es el cambio garantizado. Para mi ser joven no implica ser diferente. Vos podes ser joven y tener los mismo vicios que tenían los viejos, incluso ser peor que lo que estaba antes, no es una cuestión etaria.

Por lo que me dices no pareces ver un cambio con La Cámpora en relación a lo que hay ahora.

Respeto a sus dirigentes, de hecho tengo relación con algunos de ellos y hemos coincidido en muchas cosas, aunque hoy estamos en posturas hasta encontradas. Pero creo que la juventud a todos los procesos le aportan una dinámica de cambio mayor, en ese sentido sí es una cuestión etaria. La juventud por una cuestión natural, tenés más energía, más rebeldía por la necesidad de buscar cambios, y eso creo que la Cámpora no se lo está aportando al proceso. Creo que ellos han decidido o los han obligado o les han hecho cumplir el papel de obedecer y defender a Cristina. No digo que esté mal, es la función que les han dado. Yo creo que la juventud tiene que tener otra función. Una juventud cristinista tendría que estar para decirle las cosas que no están bien.

¿Le falta rebeldía?

Por supuesto, yo me atrevo desde mi pequeño lugar, a decir las cosas que no me parecen, y lo hago públicamente. Y me parece que eso es lo que genera entusiasmo y contagia. Si nosotros les decimos “somos la juventud sindical y tenemos que aceptar todo lo que nos dicen los dirigentes”, ¿para qué me convocas entonces, para agachar la cabeza y aplaudir? No. Me parece que la juventud tiene que estar para discutir, para presentar una agenda propia. Después se verá cuánto se puede realizar, pero no puede la juventud no tener iniciativa. Eso es lo que yo no veo en la juventud cristinista. Por ahí es la función que les han delegado y se sienten cómodos con eso. Yo no creo que tenga que ser así.

Decías recién que en algún momento tuviste buena relación con la Cámpora. Se decía que se juntaban a jugar un partido de fútbol y a comer un asado una vez por semana. ¿Es verdad?

No, hemos jugado al fútbol y les hemos ganado varias veces, pero no lo hacíamos una vez por semana.

¿Y cómo era?

Bien. Lo que pasa es que antes Mariano Recalde [actual presidente de Aerolíneas Argentina], que hoy es uno de los capos de la Cámpora, era abogado de nuestro sindicato. Julián Álvarez secretario de Justicia [dentro del Ministerio de Justicia]. era abogado mío personal, también abogado del sindicato, Wado [De Pedro, diputado nacional] también era amigo. Había una relación cuando todavía no eran la Cámpora. Mariano en 2005 empezó a asesorar a nuestro gremio que estaba en formación y no era Cámpora, era un abogado sindical más que un militante juvenil.

Y quiénes jugaban, ¿la Juventud Sindical contra la Cámpora?

Sí, o Julián jugaba para nosotros, por ejemplo jugaba para el equipo nuestro. Mariano jugaba un rato para cada uno.

¿Y cuándo se rompió la relación? 

Creo que desde que se rompió la relación entre el gobierno con mi padre. Igualmente yo me los cruzo y los saludo.

¿Siguen teniendo buena relación?

Yo por lo menos con ellos no tengo nada, no sé si ellos tendrán alguna prohibición de saludarme…

¿Pero te saludan?

Si, algunas veces sí. Yo los saludo siempre.

¿A veces no te contestan el saludo?

Y por ahí no me ven. No sé cuál es la orden que les dan.

¿Con Máximo Kirchner tuviste alguna vez buena relación?

Sí. Estuve en dos oportunidades hablando mucho tiempo, de política, de cuestiones personales, tuvimos buena relación. A mí no me generó la sensación, ni de que es un tarado como muchos dijeron, que se la pasa jugando al Play Station, ni tampoco es un cuadro que maneja todo. Es un pibe normal, hijo de dos presidentes que está en una circunstancia bastante particular también, no sé si hay otros casos en el mundo.