Entrevista a Horacio Verbitsky:
“El discurso de la nacionalización suena muy bien,
pero esconde grandes riesgos”
El
último domingo Horacio Verbitsky, periodista clave de Página/12 escribió una
extensa nota sobre la situación de YPF y la llamada “ecuación energética
argentina”. A última hora del día de ayer se comunicó con Lobo para responder
algunas inquietudes. He aquí el somero intercambio.
Lobo: Ante el riesgo de poner en crisis el abastecimiento energético en el
actual contexto de restricción presupuestaria, ¿cuál es la solución para la
tensión con Repsol-YPF?
Horacio Verbitsky: El
gobierno tiene en claro el problema, lo que no equivale a decir que sepa cuál
es la solución. Cristina ha recibido distintas propuestas y debe
decidir entre ellas. Sin dogmatismo, preferiría que YPF se comprometiera a
realizar las inversiones que no hizo hasta ahora. De no hacerlo, habría otros
interesados en hacerse cargo. Pero también hay funcionarios que se inclinan por
una salida estatal: y existen varias de diferente intensidad, empezando por una
intervención.
L: ¿Cómo evalúa, a esta altura del partido, la iniciativa de Néstor
Kirchner de aportar socios argentinos a Repsol-YPF?
H.V.: Los remedios
aplicados hace unos años, tuvieron un efecto paradojal. Kirchner impulsó el ingreso a la sociedad de un socio
argentino, al que Brufau describió en una irónica declaración como “experto en
mercados regulados”. El Grupo
Petersen (elegante denominación con la que giran Papá y Baby Eskenazi),
carecía de recursos para adquirir la participación accionaria que Repsol quería
ceder y por eso se convino una ingeniería financiera para que la pagara con
futuras ganancias. Gracias a eso, lejos de propiciar la reinversión se
convirtió en el principal interesado en la distribución de dividendos y
acompañó cada planteo de Repsol a favor de aumentos en los precios del petróleo
y del gas que produce. Esta es la línea de los ex secretarios de
Energía acaudillados por Daniel Montamat, para quienes la utopía del
autoabastecimiento sólo se alcanzará caminando hacia el horizonte de precios
del mercado mundial, en cuyo caso caería el consumo local y volverían los
abundantes saldos exportables.
L: ¿Y que balance hace de la política integral del gobierno para el área
de energía?
El gobierno obtuvo algunos
éxitos, como la rebaja de un 30 por ciento en el precio del combustible aéreo,
que YPF le facturaba al precio internacional a Aerolíneas Argentinas. Como le
falta información y el análisis de costos no es su fuerte, el gobierno acudió a
una fórmula importada: como en Estados Unidos, el precio del combustible para
aviones no podrá exceder en más de 2,7 por ciento el de la nafta especial en la
estación de servicio más próxima al aeropuerto. Pero Brufau rechazó la
pretensión oficial de importar el faltante de producción propia de
hidrocarburos y venderlo al precio de producción local. Y ante la decisión de
las provincias de revertir las concesiones allí donde la inversión y la
producción no fueron los comprometidos, YPF muestra voluntad de judicializar la
relación, con lo cual no habría una solución inmediata.
Lobo: Los proyectos de nacionalización de YPF suponen un momento decisión
ideológico muy fuerte para el gobierno, ¿cree que finalmente serán dados?
Que el Estado le limpie los
pozos muertos o agonizantes no le preocupa mientras mantenga las reservas no
convencionales de Vaca Muerta. Por eso, luego de las reversiones dispuestas por
Chubut y Santa Cruz, la acción de YPF subió de precio. Con el respaldo del
Reino de España, Repsol tiene más espaldas que Eskenazi para resistir una
ofensiva del Estado en toda la línea. El discurso de la nacionalización
suena muy bien, pero esconde grandes riesgos, como acaba
de advertir Hugo Moyano. El barril de petróleo es mucho más caro que en el
momento de la privatización pero las reservas son mucho menores. Tal vez si el
Congreso declarara la utilidad pública de YPF, la merma en su capitalización la
pondría más al alcance de una toma hostil en el mercado. Como se ve las
alternativas son varias. Más difícil parece modificar el plazo. Pero el
autoabastecimiento a precios locales no es una cuestión ideológica, sino de
supervivencia.