Regreso de las madres // Lucas Paulinovich




preguntan si son hombres esas mujeres
                   sin institución ni marido
si son mujeres que nacen
                   siempre
por afuera y al margen
preguntan, es que no pueden
asumir esa verdad de que sean
                   mujeres, sencillamente
toda la épica elemental de su fenómeno
¿es que no valieron evangelizaciones, violaciones
axiomas?
                  
al fin, nada adivinan del pasado
y ellas siguen llevando agua y tierra natal
si son mujeres, ¿por qué caminan con los años?
                           ¿por qué
ese tufo y esa memoria?
¿qué ven en el asfalto?
                           ¿cómo es que huelen monte en la avenida
y huertas lactadas en las placitas?    
                           ellas mismas
están hechas de alimento y amasan fuerzas
o sus pasos livianitos de redondeles en marcha
al pie de las oficinas y catedrales y viejos cuarteles
                            ahora restaurados
qué les importa a ellas sus viñas sus vidalas   
ese aire de sincretismo, ¿no es cierto?
las hace parecer siempre la misma
                que viene despacio y abraza
caminando (porque siempre caminan,
nunca dejaron
de caminar)     
¿es que no entienden, al verlas,
que llevan un sol guardado debajo de su abrigo?

así que van, como ancestrales o arcaicas
desde un lugar en el que no existen
                pantanos calurosos o el humo de los autos
no les hace falta, a ellas, correr
los dejan escapar, a pasitos de abuela eternizada
si esas mujeres no conocen nada de eso, ¿para qué preguntan?
               ¿todavía no lo saben?
su vocecita es idioma primario y olvidado
son historia de mujer cuerpo
¿son de fuego, finalmente,
                                              esas mujeres?
¿son luz o acción de vida?
              
nomás caminan como tejiendo ternuras                           
desde sus regiones ponen a prueba
           concepciones y mandatos, ¿la memoria?
avanzan en un ahora perpetuo, esas mujeres
           venidas de la historia
y no importan esas luces de artificio
           que les arrebatan un vientre o retoño
por eso tienen respiración del suelo y del trabajo saqueado
sostienen en lo alto sus manos y sus dedos
            que son semillas
del mismo plasma que el fruto y la flor
             y son dueñas
de la voluntad del crecimiento
y ese llamamiento fértil y climático
             de la vida.